Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


sábado, 4 de junio de 2016

Letizia sustituye a Sofía en el club Bilderberg



Cebrián invita a Ana Patricia Botín y Pablo Isla para esta edición de 2016 en Dresde


La cumbre más importante del mundo ha seleccionado a una nueva “promesa política”, como les gusta calificar allí a los recién llegados. Yo detesto sus juegos lingüísticos y prefiero llamar a las cosas por su nombre y afirmo sin rodeos que, para ellos, Rivera no es una promesa política sino un joven fácilmente maleable. Esa es la causa de que haya sido invitado a participar en el oscuro cónclave.


El resto de invitaciones cursadas por el presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, el único miembro español del Comité Directivo de Bilderberg, ha sido entregado a Ana Patricia Botín (sería su cuarta asistencia) y al CEO de Inditex, Pablo Isla (acudiría por segunda vez).


Sin embargo, como han confirmado esta mañana fuentes de Ciudadanos a los compañeros de El Confidencial Digital, finalmente Albert Rivera no acudirá a la reunión sino que será el responsable económico del partido, Luis Garicano, quien represente a la agrupación política. Aunque la razón esgrimida por el equipo de Rivera para eludir su presencia ha sido la incompatibilidad de su agenda, mi opinión es que el líder de Ciudadanos habría decidido no acudir finalmente para evitar la polémica en la que se vio envuelto Pedro Sánchez el pasado año. El líder del PSOE recibió tantas críticas que tuvo que afirmar que no iría, pese a que mis fuentes me aseguran que sí estuvo.


El pasado año, el seleccionado fue el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Como podrán intuir, ambos representan el “cambio” que Bilderberg ha diseñado para la Segunda Transición Española. Sánchez es el supuesto cambio de la izquierda y Rivera sería el cambio de la derecha.


Quienes aún no comprenden el juego de Bilderberg, al menos no podrán negar el hecho de que ellos han sido los invitados de las dos últimas ediciones.


Ana P. Botin


Por el camino, han quedado los miembros del partido en el Gobierno, que después de hacer el trabajo sucio al cumplir los mandatos que Bilderberg les ha impuesto a los españoles a través de la Unión Europea, tienen las puertas cerradas en el cenáculo.


Recordemos que en 2014 fue invitado el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo; en 2013, el titular de Economía, Luis de Guindos; en 2012, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; y en 2011, la secretaria general, María Dolores de Cospedal.


Por su parte, en estos últimos años también han acudido representantes y miembros del PSOE, como en 2010 cuando fue invitado el entonces jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. Sin olvidar la larga trayectoria de apoyos y vínculos de Felipe González con la entidad, una historia oculta que expongo en mi libro Los planes del Club Bilderberg para España. 


Pero estos ya son considerados la vieja política de la Primera Transición. Para España, la Segunda Transición se juega con jóvenes promesas fáciles de manipular y de usar como títeres a las órdenes de la UE, la opaca criatura creada en los laboratorios de esta camarilla iluminada que se considera a sí misma “el cerebro del mundo”, dixit Antonio Garrigues Walker, amigo y socio de David Rockefeller —alma del Club— y miembro de la Comisión Trilateral.


El otro vértice del cambio triangular diseñado en sus laboratorios se concretó en el Jefe de la Casa Real Española. Desde Bilderberg forzaron a don Juan Carlos de Borbón a abdicar de forma precipitada y sorpresiva aquel caótico 2 de junio de 2014, que fue el lunes siguiente a la reunión anual del cónclave.


 La reina Sofía estuvo allí y regresó a España con una orden que debía cumplirse ipso facto, so pena de ser expulsados a los fuegos exteriores de los inclementes bilderbergs.


  Los jefes pidieron la cabeza del rey después de dos años intentando hacerle entrar en razón, en la razón bilderberg. En mi libro demuestro con pruebas que fueron los miembros del selectivo Club quienes auparon a Juan Carlos al trono. Olvidó el viejo rey con quién se jugaba los cuartos. Olvidó que quien a hierro mata a hierro muere.


A doña Sofía le apasiona participar en Bilderberg, como ella misma le confió a la periodista Pilar Urbano. De hecho, ya conté hace años que cuando en la primavera de 2005 la princesa Letizia anunció su primer embarazo, doña Sofía se encontraba en la cumbre anual de Bilderberg, que también se celebró en Alemania.


Ahora, una nueva jugadora aparece en el tablero. Se trata de la Reina Letizia. Hace dos años afirmé que se acercaba la hora en la que sería llamada a sustituir a doña Sofía en las reuniones. Su hora ya ha llegado.


Hace unos días, con motivo de la exposición de El Bosco, la vimos en Madrid junto a una de las personas fuertes en Bilderberg, la antigua Reina de Holanda, que desde que abdicó en su hijo Guillermo se convirtió de nuevo en  Princesa. Beatriz es la hija del Príncipe Bernardo, que hasta su muerte fue el mítico Relaciones Públicas de la institución. Precisamente fue el hotel Bilderberg de Oosterbeek, propiedad de la familia real holandesa, el lugar que acogió la primera reunión, en 1954, y al que debe el nombre.


La reunión 2016 del elitista y hermético Club se celebra la próxima semana en Dresde, Alemania, a partir del jueves 9 hasta el domingo 12. La cumbre más importante del mundo vuelve a reunir a los billonarios con los jefes y ministros de Estado, a los jefes militares y de los servicios secretos con los gurús de Silicon Valley, a la aristocracia europea con los banqueros y los especulares propietarios de fondos de inversión.


 Y lo más peligroso desde mi punto de vista: a los propietarios de los medios de comunicación que producen programas basura como Gran Hermano mientras en sus reuniones oscuras se rigen por las reglas del secreto y el consenso.


Bilderberg no es el gobierno en la sombra sino el Gobierno Oscuro del mundo. Bilderberg es la inquisición del siglo XXI. Si no sigues sus principios, sus reglas y su sistema, eres perseguido, torturado, silenciado, expulsado.


Los miembros de Bilderberg llaman a su sistema democracia, al tiempo que aseguran que defienden la libertad de prensa y el periodismo. Pero yo me pregunto: ¿cuánto tiempo más creen que podrán seguir engañando?


 Por Cristina Martín Jiménez






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