*
“A veces me preguntan: ¿Por qué
inviertes todo ese tiempo y dinero hablando de la amabilidad para con
los animales cuando existe tanta crueldad hacia el hombre?. A lo que yo
respondo: Estoy trabajando en las raíces”. George Thorndike Angell.
Ya no se trata de lo que ocurra en un
caso concreto, ni del futuro de un animal, cien, miles o millones. Y no
se trata de la muerte. Se trata de lo que podemos esperar de nosotros
mismos cuando una parte de la sociedad sigue llamando fiesta a la
tortura salvaje de un ser vivo mientras la otra parte giramos la
cabeza. Pero cómo no hacerlo; cómo no girarla, si lo que hace disfrutar a
todo un colectivo es desgarrar a una cría de mamífero hasta matarla.
¿Qué podríamos decir que tuviera un sentido práctico si hasta en el
imaginario de esos dioses y santos a los que estos bárbaros suelen
encomendarse se condena?
“Todas las cosas de la creación son
hijos del Padre y hermanos del hombre… Dios quiere que ayudemos a los
animales si necesitan ayuda. Cada criatura en desgracia tiene el mismo
derecho a ser protegida”. San Francisco de Asís.
Puede que no conozcan lo que dice su
presunto credo sobre el maltrato animal, pero en cualquier caso no
imagino a los espectadores de tal carnicería viéndose concernidos por
semejante mensaje. Y mucho menos por este otro:
“La conmiseración con los animales
está íntimamente ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se
puede afirmar seguro que quien es cruel con los animales, no puede ser
buena persona. Una compasión por todos los seres vivos es la prueba más
firme y segura de la conducta moral.” Arthur Schopenhauer.
Es por esto que ¿qué se puede decir a excepción de que resulta deprimente?
Incluyo el vídeo que ha motivado mi
comentario, pero no os recomiendo verlo siquiera como reafirmación de
la condición de bárbaros de algunos de nuestros congéneres. Y para
entenderlo basta con leer cómo presenta el vídeo el colectivo
animalista:
“Los investigadores de PACMA estamos
tristemente acostumbrados a ver escenas de crueldad hacia los animales,
pero lo que hemos presenciado en este festejo taurino no lo olvidaremos
jamás”.
Pequeños becerros, sin apenas cuernos, no más grandes que un mastín,
fueron literalmente acuchillados por los vecinos de la localidad
manchega de Valmojado, causándoles un sufrimiento atroz, impensable para
cualquiera de nosotros.
Mirando el vídeo, os podéis imaginar los que sufrieron esos pequeños becerros, de un año de edad, que son capaces de notar cuando se les posa una mosca y la ahuyentan con la cola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION