Diferentes tipos de sustancias
psicotrópicas podrían haber estado neutralizando el espíritu
revolucionario del exlíder del Partido Socialista, Pedro Sánchez, según
llegó a afirmar en el programa Salvados, de Jordi Évole. “Yo no entendía
por qué esas personas me invitaban tantas veces a desayunar”,
reflexiona Sánchez, “ni por qué el director del BBVA se empeñaba en
ponerme él mismo el azúcar y hacerme cosas con una linterna pequeñita”.
Al parecer, Sánchez podría
haber estado viviendo un verdadero “infierno psicodélico” en el que toda
su voluntad de formar un Gobierno de izquierdas para luchar contra los
privilegios de los bancos, la Iglesia y las multinacionales era diluida
una y otra vez con un sencillo café con leche.
“Recuerdo una vez que me
dieron ganas de pensar en las clases más desfavorecidas de nuestro país,
pero cuando salí de desayunar llamé a Albert Rivera para decirle no sé
qué de España”, confesó también el exsecretario general.
Tres desayunos
después, el PSOE y Ciudadanos firmaban un pacto para beneficiar a los
más favorecidos. “Lo veía todo de color naranja pero creía que era por
los colores corporativos de Ciudadanos”, recuerda Sánchez, “ahora sé que
era por la droga”.
Sánchez ha dado hoy su promesa
de no dejar que ningún banquero vuelva a ponerle el azúcar en el café
con leche, y mucho menos removerlo con otra cucharita que no sea la
suya.
“Quiero que los militantes socialistas vuelvan a creer que votan a
un partido de izquierdas, aunque sea mentira, porque eso es lo bonito
de la democracia”, ha finalizado diciendo.
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