Rajoy ha asistido brevemente al pleno sin intervenir. En su rueda de
prensa tras el almuerzo con Mohammed VI ha dicho que el Acuerdo de
París "será positivo para la salud de las personas".
“Participa en Marrakech en
la Cumbre sobre Cambio Climático”, rezaba la agenda oficial del
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy para este martes. Se ha tratado
de su primer viaje oficial tras asumir plenas funciones. ¿Un mensaje de
compromiso? Rajoy ha llegado al salón plenario, se ha retratado con el
secretario general del ONU, Ban ki-moon y el rey de Marruecos Mohammed
VI. No ha intervenido en el nombre de España. Se ha marchado al almuerzo
real.
Posteriormente ha dado una
rueda de prensa en la que se ha limitado a ratificar que España va a
cumplir el Acuerdo de París y, preguntado por el negacionismo de Trump,
ha dicho que “no tiene sentido pronunciarse sobre hipótesis”. No ha
concretado nada a la pregunta de si hay fecha para el fin del carbón en
España y ha zanjado que el acuerdo de París “será positivo para la salud
de las personas hoy y en el futuro próximo”. El resto de la
intervención y preguntas ha sido sobre política.
El plenario sobre cambio
climático de la COP22 ha reflejado en cierta medida el interés político
que ha desarrollado en las agendas de los gobernantes mundiales. Tras
los discursos del jefe del Estado marroquí, Mohammed VI y de Francia,
François Hollande, el perfil en la lista de intervenciones ha decaído
dramáticamente.
Entre los presidentes y
cabezas de estado que han llegado a Marruecos han abundado países
especialmente vulnerables al cambio climático pero de poco peso
geoestratégico como Seychelles, Nauru, Micronesia, Chad…. De entre los
principales emisores de dioxido de carbono, EE UU ha anunciado al
enviado especial para el Cambio Climático Jonathan Pershing, China se ha
quedado en el representante especial para Asuntos del Clima y
Desarrollo Nacional, Rusia al enviado especial para la Administración
Climática, La India, igual que Japón, a sus ministros de Medio Ambiente.
Por parte de la Unión
Europea, el comisario de Cambio Climático, Miguel Arias Cañete y el
responsable medioambiental de Eslovaquia, László Sólymos, han compartido
el atril del plenario de la ONU. Y eso que la organización de la
Convención explicaba que existe un “fuerte interés por asistir a la
apertura de la primera sesión de la Conferencia bajo el Acuerdo de
París”.
De Europa, el único jefe de
Gobierno alistado ha sido el portugués Antonio Costa. Después de que
Hollande tuviera que defender el Acuerdo de París (que capitaneó su
enviado especial y ministro de Exteriores Laurent Fabius), los oradores
europeos han rebajado un par de escalones el escalafón.
En peligro la “conferencia de las soluciones”
De hecho, Hollande se ha
visto obligado a cambiar su discurso y pasar de asegurar que Marrakech
sería la “conferencia de las soluciones”, en septiembre pasado a tratar
de blindar los logros que obtuvo su diplomacia el año pasado sobre el
cambio climático frente a la irrupción del presidente electo
estadounidense y negacionista Donald Trump: “EE UU debe respetar los
compromisos firmados.
No es solo su deber. También su interés. El de su
pueblo”, ha esgrimido el presidente francés en la ciudad marroquí.
Trump, sin haber tomado todavía posesión de su cargo, se está adueñando
de la cumbre.
Sin embargo, sus compañeros
de Unión no han tomado la palabra como sí hicieron hace un año cuando
David Cameron, Angela Merkel, Mateo Renzi, Mariano Rajoy y la mayoría de
jefes de Gobierno subieron a la palestra.
Además de España que ha
presentado a la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, el
Reino Unido ha anunciado a su ministro de Cambio Climático e Industria.
De igual manera, Italia, Alemania, Bélgica, Austria, Hungría, Polonia,
Letonia, Rumanía, Luxemburgo, Países Bajos, Finlandia, Suecia o Grecia
han hecho pasar por el podio de discursos a segundos (o terceros)
espadas.
El interés y la atención que provocan estos emisarios no es
comparable con la de sus jefes políticos.
A la jornada inaugural de París en 2015, acudió el presidente de EE UU, Barack Obama. Hizo su discurso en el que determinó que “este es el momento para salvar el planeta”. Quizá
arrastrados por él, intervinieron el presidente de China, Xi Jinping,
el primer ministro japonés, Shinzo Abe y su homólogo indio.
Todos
representaban a estados con grandes emisiones de gases de efecto
invernadero. Ocupan los primeros puestos mundiales y suponen más de un
cuarto del volumen mundial.
A la COP22 se le ha
bautizado como la “cumbre de la acción”. La ciudad está cuajada de
carteles oficiales que lo recuerdan en francés, español, inglés o árabe.
Concretar cómo se hará y controlará el compromiso internacional para
limitar el calentamiento global a 2ºC. Incluso apretar la ambición
política y rebajar ese tope aun más para evitar un camino irreversible
de cambio climático.
De momento, las
proposiciones que ha llevado la presidencia de la cumbre a la partes
recoge vaguedades como “recordar el acuerdo de París, celebrar su
entrada en vigor, felicitar a las partes por su rápida ratificación” o ”
reconocer la necesidad de obtener un resultado exitoso en el trabajo de
implementación del acuerdo”.
En palabras del eurodiputado de Equo,
Florent Marcellesi: “Es un mensaje poco alentador. Muestra la falta de
compromiso contra el cambio climático”.
Raúl Rejón – Marrakech (Marruecos)
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