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viernes, 4 de noviembre de 2016

PP y PSOE ya negocian el “intercambio de cromos”


La estabilidad exigida por Rajoy pasa por que el PSOE avale sus Presupustos mientras los socialistas apuntalarán varios gobiernos regionales con respaldos del PP


El gran pacto del bipartidismo no se escenificará de golpe y porrazo, lo hará en pequeñas entregas periódicas. La primera de ellas, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, que Bruselas está aguardando como agua de mayo para no sacar la porra contra España de nuevo y amenazar con nuevas y severas imposiciones. Si esto no fuera así, Mariano Rajoy ya resumió durante su investidura en una frase su alegato en contra de los que quieran hacerse los valientes: “No quiero que haya elecciones por tercera vez, aunque a lo mejor me podría beneficiar”, recordó especialmente a los 84 diputados del PSOE.


Para que estos Presupuestos salgan adelante se va a necesitar a un PSOE tan abstencionista como el que permitió a Mariano Rajoy ser investido presidente del Gobierno. Y es aquí donde empezarían las contraprestaciones entre populares y socialistas, inmersos sine die en un arduo proceso de reconstrucción interna.


La necesidad de “estabilidad” y de la “gobernabilidad” de la que habló Rajoy durante su discurso era un mensaje directo a Ferraz para que pusiera los mimbres necesarios con los que el Grupo Socialista volviera a articular los apoyos necesarios para acuerdos fundamentales con los que Rajoy pueda sacar adelante su proyecto y no se vea obligado en mayo próximo a disolver las Cámaras por falta de acuerdos.


El senador del PP y ex presidente riojano, Pedro Sanz, comparte sonrisas con Javier Fernández tras la investidura de Rajoy.
El senador del PP y ex presidente riojano, Pedro Sanz, comparte sonrisas con Javier Fernández tras la investidura de Rajoy.
 
Tanto pecho sacó el presidente del Gobierno ante los diputados presentes que incluso se arrogó el derecho de no derogar las leyes que habían provocado mareas ciudadanas en contra durante los últimos años y las iras más airadas desde todos los partidos de la oposición, incluido el PSOE.


Para que el intercambio de cromos sea efectivo pero se note lo más mínimo por el bien de ambas formaciones, los populares están dispuestos a echar una mano allí donde Podemos ha puesto en tela de juicio ya los pactos de gobierno, como es el caso de la comunidad de Castilla-La Mancha, sin olvidar otras regiones como Extremadura, Asturias o Aragón.


El discurso del “no pero abstención” de Antonio Hernando que advertía a Rajoy de la oposición firme que haría el PSOE no ha resultado creíble no solo para las filas populares sino tampoco para numerosos diputados socialistas, más allá de los 15 que votaron “no”. Saben que tendrán que tragar más de un sapo en este sentido y permitir que Rajoy no vuelva a amenazar con un adelanto electoral que cogería a los socialistas sin cabeza y con el corral sin asear lo suficiente.


El PP no solo está esperando la mano tendida de las filas socialistas. Ya ha comenzado a articular los puentes de entendimiento con los nacionalistas vascos del PNV, hasta ayer mismo rotos por completo, pero que la reciprocidad de apoyos en Madrid y Vitoria hace más necesario que nunca.


En contra de este “intercambio de cromos” que siempre ha criticado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, la formación naranja se siente más liberada en la búsqueda de acuerdos programáticos con el PP, ya que tanto en la Comunidad de Madrid como en Andalucía permite la gobernabilidad de Cristina Cifuentes y de Susana Díaz.



  Natalio Blanco




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