La mayoría de los grupos parlamentarios,
excepto el PP y Foro Asturias, y Ciudadanos que se ha abstenido, ha
votado a favor de tomar en consideración la proposición de Ley elaborada
por En Comú Podem y en la que se concreta un alza del SMI a 800 euros
mensuales en 2018 y de 950 euros en 2020.
Sin embargo, esta reforma legislativa
deberá tramitarse en la Comisión de Empleo y recibir las enmiendas
correspondientes de los grupos parlamentarios, que ya han avanzado que
debatirán sobre el ritmo más adecuado al que debe subir el salario
mínimo. La mayoría de los parlamentarios han criticado que 655,20
céntimos mensuales es indigno y han apoyado que se cumpla la
recomendación de la Carta Social Europea que sitúa el SMI en el 60% del
salario medio neto anual.
La subida del salario mínimo que propone Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea se
sitúa en 13.300 euros anuales a final de la legislatura y solicita
reformar el Estatuto de los Trabajadores para que se revalorice
anualmente según el IPC y se revise con efectos retroactivos el 1 de
enero de cada año. Además, incide en que en el salario mínimo
se debe computar únicamente la retribución en dinero, sin que el salario
en especie pueda dar lugar a una minoración de este.
Vidal ha afirmado que, si en 2008 el
porcentaje de trabajadores que cobran un sueldo inferior al SMI era de
un 8,8%, en 2014 ya era de un 13% y ha recordado que el incremento de la
desigualdad y de la pobreza afecta sobre todo a las mujeres. Ha
criticado las reformas laborales que han causado según ella empleo de
baja calidad y alta rotación y ha subrayado que “incentivar los
convenios de empresa para evitar la protección del convenio sectorial ha
provocado una caída brutal del salario de muchos trabajadores”.
El portavoz de Empleo del grupo
socialista, Rafael Simancas, ha dicho que la subida del salario mínimo
consolida la recuperación de la economía, aunque ha avanzado que
enmendará la iniciativa para “ajustar cifras y plazos” (y no ha dicho
que lo apoyan a sabiendas de que esta propuesta no tiene recorrido,
porque de hacerlo se les vería el plumero). Pero no ha perdido la
ocasión de entonar un discurso que les haga parecer de izquierdas:
“Un país que apuesta a crecer económicamente con salarios bajos es
socialmente injusto y económicamente débil y democráticamente enfermo”, ha asegurado, tras defender una subida de los salarios para tener una economía más sólida.
El diputado de Ciudadanos Saúl Ramírez
ha incido cínicamente en que apoya con la abstención la toma en
consideración para debatir la mejor manera de subir este salario, pero
ha advertido que hay que tener en cuenta el contexto laboral. Ramírez ha apostado por el complemento salarial
para las familias porque computa la renta de forma anual e incentiva el
empleo y ayuda a los jóvenes a independizarse y poner en marcha
proyectos vitales. Aunque semejante argumento no se sostenga.
El grupo parlamentario del PP y Foro
Asturias se han mostrado en contra de esta iniciativa. “Conseguir esta
subida pasa por el crecimiento económico y la creación de empleo y para
alcanzar la suficiencia de un SMI gradual hay que considerar un riesgo
latente, que es la inflación”, ha dicho el diputado de Foro Asturias
Isidro Martínez Oblanca.
La diputada del PP Susana López ha dicho
que subidas salariales supondrían un gran incremento de gasto en los
presupuestos de unos 1.377 millones para 2018 y de 2.819 millones para
2020 (sin explicar en base a qué). Causaría, según ella… destrucción de empleo y espirales inflacionistas de precios-salarios, ha añadido.
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