Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 1 de diciembre de 2016

La legislatura que nos espera: «No, no, y desde luego que no»


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 30 de Noviembre de 2016


Mariano Rajoy tiene la sartén por el mango. A día de hoy puede bloquear cualquier propuesta de ley presentada por la oposición. En principio, por más que se diga, no va a existir por parte del Mariano’s team el tan cacareado diálogo al que presuntamente iba a obligarles el gobernar en minoría. Primero porque suponer semejante cosa es imaginar cualidades que no existen en los de Génova, o por otro lado puede significar no conocer el marco jurídico que regula el funcionamiento de las Cámaras, ni el papel asignado a los poderes legislativo y ejecutivo en el Estado español. 


Y esto no va a cambiar, por muy injusto que sea o parezca. Y por lógico que sea pelearlo, que nadie se haga ilusiones, porque de nada van a servir los trucos si los de la bancada azul tienen la ley de su parte (y la tienen).


Tampoco va a servir de nada que unas futuribles (ya veremos cuándo) primarias en el PSOE acaben con el poder de la actual gestora, porque en el mejor de los casos, una nueva dirección que quisiera aparentar izquierdismo y se viera por tanto obligada a no apoyar siquiera los (seguro antisociales) Presupuestos presentados por el Gobierno, forzarían en última instancia (dependiendo del papel del comodín nacionalista) a la convocatoria de elecciones. Unas elecciones en las que ahora mismo las encuestas dicen que el PP aumentaría su poder.


Esto es lo que ha decidido una parte del electorado. Debe ser que las estadísticas mienten y en realidad en España, sin contar a los votantes de sucedáneos, hay unos ocho millones de multimillonarios (uno de cada cuatro potenciales votantes) prestos y dispuestos (además de encantados) a beneficiarse de las políticas de la derecha neoliberal. Bueno, en realidad, si las estadísticas no mienten, también puede ocurrir que entre esos ocho haya unos 7,9 millones de masoquistas gozando con cada castigo. Ya se sabe que para gustos los colores. Y es cierto que quedan más posibilidades, pero también son más tristes y es mejor no pensarlo.


Habrá que seguir pidiendo peras al alcornoque (¿o era el olmo?), tal y como ha hecho hoy Pablo Iglesias apelando veladamente a una imposible altura de miras. Pero la respuesta siempre va a ser la misma: «No, no, y desde luego que no».


Será cuestión de tomárselo con filosofía.


 Pepito Grillo


 

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