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domingo, 29 de enero de 2017

El retiro del rey emérito: viajes exprés, caza y sin actividad en su despacho del Palacio Real

Los Reyes coincidieron en la misa funeral por el banquero José Ángel Sánchez Asiaín. (Gtres)
Los Reyes coincidieron en la misa funeral por el banquero José Ángel Sánchez Asiaín. (Gtres)
 
 

Don Juan Carlos protagonizó pocos actos el pasado año y acudió a cuatro viajes oficiales en todo 2016. Desde hace tiempo no utiliza su despacho en el Palacio Real de Madrid

 
El rey Juan Carlos cumplió 79 años el pasado 5 de enero sin que trascendiera celebración alguna a la esfera pública y tras haber despedido el año en Los Ángeles, donde precisamente ha pasado las últimas nocheviejas desde su abdicación rodeado de amigos. 


Sus apariciones públicas desde la proclamación de Felipe VI fueron menguando notablemente aunque, a lo largo de 2016, la ausencia se ha acentuado. El ritmo de reuniones de trabajo en su despacho del Palacio Real inaugurado en 2015 también ha caído hasta el punto que, desde hace ya bastante tiempo, "apenas va por Palacio", según apuntan fuentes conocedoras. 


El rey emérito disfruta cada vez más de actividades de ocio rodeado de gente de confianza y amistades, entre las que está sobre todo la caza en fincas de la comunidad de Madrid, tal y como ha podido saber El Confidencial.


En el último año don Juan Carlos apenas protagonizó una decena de actos institucionales, empresariales y culturales dentro de nuestras fronteras. En realidad, desde que su hijo accediera al trono en junio de 2014, la actividad del 'rey padre' se vio eclipsada por la presencia del nuevo monarca y él mismo decidió apartarse de alguna manera para no interferir en la nueva era de la Corona.


Lo que sí ha realizado en los últimos doce meses han sido cuatro viajes oficiales —Guatemala, Perú, República Dominicana y Cuba, cuando acudió al multitudinario funeral de Fidel Castro encabezando la delegación española— y otros cuatro actos en el exterior, desplazándose hasta Colombia —a la firma de paz entre el Gobierno y las FARC-, Argentina, Suecia —a un cumpleaños real acompañado de la reina Sofía— y a Panamá.


 Todas ellas fueron salidas de apenas un día de duración y cuya presencia se hacía necesaria para representar a la jefatura del Estado en momentos en los que Felipe VI seguía pendiente de la situación política nacional.
 
Prácticamente en todas sus últimas apariciones hubo otra coincidencia: don Juan Carlos agarrado a su bastóndel que ya no separa—, que simboliza perfectamente un cierto deterioro en su salud tras haber superado varias operaciones en pocos años y a uno solo de convertirse en octogenario. 


Como publicó este diario, a causa del funeral del banquero José Ángel Sánchez Asiaín, al que acudieron ilustres del mundo financiero español, las dificultades de movilidad del rey emérito son de sobra conocidas para aquellos que pasan momentos junto a él.


 Problemas evidentes, por otro lado, como se pudo observar con especial detalle en su viaje a La Habana hace tres meses en el que además de su bastón requirió un apoyo adicional para caminar en todo momento y pese a los continuos tratamientos de rehabilitación a los que se somete.


Con respecto al despacho propio de Palacio Real, a inicios de 2015 y seis meses después de abdicar sirvió para retomar su agenda institucional y desarrollar labores propias —encuentros, audiencias y reuniones fuera de la agenda pública— del que fue el jefe del Estado durante casi 40 años.


 Sin embargo, desde hace tiempo el rey emérito no usa este espacio de trabajo y su actividad se limita a las contados actos y salidas internacionales ya comentados.


 En lo que va de 2017, don Juan Carlos ha reaparecido públicamente en una sola ocasión, el lunes pasado, con motivo de la entrega de los Premios Nacionales del Deporte de 2015 en el Palacio de El Pardo, y lo hizo junto a su mujer y los Reyes.


 Según explican fuentes conocedoras, Juan Carlos I dedica desde hace meses la mayor parte del tiempo a sus grandes aficiones, empezando por la caza —en fincas de la comunidad de Madrid, propiedad de amigos y alrededores como Aranjuez— junto a otros aristócratas y amistades de confianza.


 La tauromaquia representa otro de los grandes intereses del monarca, como también participar en regatas durante el verano. 


Y, aunque las mismas fuentes aseguran que el rey continúa haciendo viajes privados —como el de la pasada Nochevieja a EEUU—, sí reconocen que ya son menos frecuentes que en años anteriores.







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