Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


sábado, 18 de marzo de 2017

Qué graciosos son. Así que Trump no da la mano a Merkel por la inmigración…


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 Donald Trump refuses handshake with Angela Merkel



La verdad es que resulta cómico lo del periodismo en general, pero descacharrante lo del periodismo político español. Ellos solitos han decidido que la escenificación del desencuentro entre estos dos líderes mundiales tiene como origen ni más ni menos que sus diferencias en políticas de derechos humanos. Hay que ver de lo que son capaces algunos.


O sea, que no se trata de sus diferencias entre a qué parte de los intereses financieros mundiales representa cada uno (Trump como parte activa y de pleno derecho, y Merkel como simple asalariada de la contraparte).


 Ahora resulta que Merkel, la auténtica déspota que, entre otras decisiones si cabe más vergonzantes, está aplicado las más duras medidas antisociales contra Grecia, y que no cesa en su empeño de precarizar hasta el ridículo a los países de la periferia europea, es una especie de adalid de la solidaridad con los necesitados. ¿Por qué no os vais un ratito a pasturar? Pero todos juntos. 


Porque no ha quedado ni un medio ni de presunta izquierda ni de declarada derecha que no haya copiado el argumentario.



Resulta patético que a estas alturas nos quieran hacer comulgar con historietas de buenos y malos.
Trump es probablemente uno de los tipos más indeseables que ha llegado a presidir un país.


 El aterrizaje en el Gobierno del ‘azote del establishment’ provocó ya en un primer momento espectaculares subidas en bolsa de la industria militar, las farmaceúticas y, especialmente, de los ‘antisistema’ Goldman Sachs y JP Morgan. 


Sus primeras medidas no han defraudado a estos accionistas. Para empezar, con el incremento de la inversión en Defensa de su propio país en detrimento de las políticas sociales, y con esta misma exigencia al resto de ‘aliados’ de la OTAN.


 Y para acabar, trufando su gabinete de los personajes más pintorescos del circo oligarca. Tanto es así, que el Dow Jones anda desbocado desde que aterrizó este Che a lo Hollywood, y marca récords históricos día sí y día también.


Pero que este tipo sea un auténtico peligro no convierte el nombre de la alemana en un hecho diferencial. Angela Merkel es menos bocazas pero igualmente despreciable, como también lo es la perdedora Hillary. La única diferencia de fondo entre ellos, es que defienden a distintos intereses plutocráticos. 


Pero creer que es el humanismo el que hace que Merkel acepte refugiados, y no la exigencia de mano de obra barata de la industria alemana en un país más acostumbrado a derechos laborales y buenos salarios que envejecido (que también), es poco menos que un insulto a los lectores, máxime cuando es Trump el que niega la mano a Merkel, como si a él le importase mucho lo que hagan en Alemania con los inmigrantes.


Los hechos son tozudos y dicen que a la teutona le importan lo mismo los demás (así en general) que a su homólogo estadounidense. Lo que vendría a ser algo cercano a nada.


En cualquier caso no vamos a pedir peras al olmo. Ahí están las cifras de audiencia y de lectores de los diferentes medios de comunicación y la credibilidad del periodismo. Bajo mínimos y buscando el suelo.


 Y es algo que debería empezar a preocupar también a la oligarquía, porque no todo se puede calcular, y porque estos datos son la mejor evidencia del ruido de fondo que se va sintiendo y que algún día (ojalá), y para su sorpresa, les puede reventar en la cara.


El futuro no está escrito. Y si lo estuviera, desde luego no figura en los panfletos subvencionados por el poder.



 



 

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