¿Qué esperaba ayer el ser
humano que pudiese ocurrir hoy, después de un siglo de arrojar a la
biosfera trillones de toneladas de partículas contaminantes? ¿Cómo es
posible que creyéndose capaz de calcularlo todo no calculase, ni
calcule, lo más importante para la humanidad: su supervivencia?
¿Cómo ha sido tan necio que no ha calculado las consecuencias de la violación sistemática de la Naturaleza, como una y otra vez un proxeneta viola a una mujer o a otro hombre? ¿Cree que es posible compensar semejante miserable falta de inteligencia con los logros de la tecnología y de la ciencia?
De acuerdo, la ciencia y
la tecnología avanzan con la velocidad de vértigo, y la electrónica
aporta toda clase de pasatiempos y utilidades. Pero ¿para qué? De los
pasatiempos el humano se acabará cansando.
Y las utilidades se volverán contra él, porque ¿de qué le servirá al ser humano que la Ciencia y la Medicina le reparen la cadera o el corazón rotos o le extirpen estupendamente un tumor, si lo que luego le espera es eso cada vez más estructural: soledad, tedio, tristeza y quizá desesperación por sus míseras condiciones de vida y por haberle alejado tanto los dirigentes y los explotadores de cada sociedad y del mundo, de la naturaleza?
Y las utilidades se volverán contra él, porque ¿de qué le servirá al ser humano que la Ciencia y la Medicina le reparen la cadera o el corazón rotos o le extirpen estupendamente un tumor, si lo que luego le espera es eso cada vez más estructural: soledad, tedio, tristeza y quizá desesperación por sus míseras condiciones de vida y por haberle alejado tanto los dirigentes y los explotadores de cada sociedad y del mundo, de la naturaleza?
¿Cuánto tiempo estará contento por
satisfacer fácilmente su curiosidad en las enciclopedias y cuánto durará
la excitación de compartir su soledad en las redes sociales? ¿Cuánto
puede durarle la sensualidad del dinero, la que proporciona el dinero y
la acumulación de dinero… si es que tiene acceso al dinero?
El ser humano está sacrificando la
cultura, la filosofía, las humanidades y los valores más antiguos del
espíritu y de la mente.
Y todo para venerar al coche y a la electrónica. Y todo para rendirse a una comodidad que ya no sabe disfrutar y que le irá conduciendo a la molicie colectiva y al embrutecimiento antes de perder la capacidad de pensar y antes de adquirir la destreza de pensar por cuenta propia.
A diferencia del ave, que no se jacta de
saber volar, se ufana el humano de su inteligencia. Y sin embargo no ha
conseguido averiguar cuál es el sentido de la vida ni hacia dónde se
dirige él, ni hacia dónde camina la civilización a la que pertenece.
Hoy día, precisamente gracias a la tecnología conocemos hasta qué punto en el animal están presentes la compasión, la solidaridad y la inteligencia, mientras los dirigentes del mundo carecen de compasión, de sentimiento de solidaridad y de inteligencia natural llevando al planeta y a la humanidad hacia el abismo.
Hoy día, precisamente gracias a la tecnología conocemos hasta qué punto en el animal están presentes la compasión, la solidaridad y la inteligencia, mientras los dirigentes del mundo carecen de compasión, de sentimiento de solidaridad y de inteligencia natural llevando al planeta y a la humanidad hacia el abismo.
Pase que en los primeros 50 años no
reparase en las gravísimas consecuencias de los excesos cometidos contra
la Naturaleza. Pero cuando años después el caos climático, que sólo los
cretinos niegan, es manifiesto y manifiestos los estragos que causa, el
humano pone también a prueba su escasa inteligencia respecto a las
capacidades que la ciencia le atribuye y de las que él se pavonea.
Sea como fuere, lo cierto es que
poniendo muy en duda la inteligencia útil para todos, algunos
sociobiólogos pronostican precisamente que el suicidio de la humanidad
será su último avatar…
Jaime Richart, Antropólogo y jurista
Jaime Richart, Antropólogo y jurista
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