La radiación ‘mata’ a los robots empleados para limpiar la nuclear de Fukushima

Los robots diseñados para retirar el combustible nuclear de Fukushima, la central nuclear que resultó destrozada tras el terremoto y posterior maremoto en marzo de 2011 en Japón, han ‘muerto’ debido a la gran cantidad de radiación, cuya intensidad sigue siendo tan potente que se ha demostrado que es imposible acceder a su interior para encontrar y eliminar los restos extremadamente peligrosos de barras de combustible fundidas.


Los robots, que se controlaban de forma remota desde el exterior, se diseñaron en función del estado y circunstancias de los distintos edificios, y se han necesitado años para desarrollarlos y construirlos. Pero no han durado mucho: en cuanto se aproximaron a los reactores la radiación destruyó los cables y los dejó inservibles.


El brazo robot construido por Toshiba estaba diseñado para extraer el combustible nuclear que permanece en el reactor de la central nuclear. Se construyó para sacar los escombros y restos que cayeron al interior de la piscina durante el maremoto y tras la explosión del reactor 3, que afectó al edificio de contención. El robot debería trocear los escombros para extraerlos antes de llegar a las barras de combustible que todavía permanecen en el interior del reactor.


Debido a que la radiación en el interior del edificio del reactor 3 es demasiado alta, ; eso sí, el brazo robot hay que entrar a ponerlo, con el riesgo que eso supone. La instalación está prevista para finales de este año con intención de que los trabajos de desmontaje comiencen en 2018.


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