Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 31 de marzo de 2017

¿Y el Rey se sorprende?, pues mira que yo…



Escribir sin mosquearse sobre la Monarquía, una reminiscencia de las tribus con un ser superior que está por encima de todo, menos del euro, pues no es fácil, porque te pones a darle al teclado y se te calienta la sangre, como ya se nos calentó e hirvió cuando el Rey, preocupado por el paro de la juventud, a los pocos meses estaba de caza con Corinna, que por cierto es una mujer y no un elefante.


Y a mí, pues mira tú por dónde, sin tener sangre azul, estoy igual de sorprendido que el Rey; y estoy sorprendido ya desde hace años, el día que Juan Carlos aceptó como regalo de un grupo de empresarios de Baleares un yate que costó 18 millones de euros (3.000 millones de pesetas) para que, obviamente, veranease y promocionase esa zona de España, en detrimento de las demás, cuando, si como dice él, es el monarca de todos los españoles, debería hacerlo en diferentes partes del territorio; pero claro, si lo hace… pues adiós yate.


Y tras la vergonzosa aceptación del megayate y su conducta, ¿ahora se sorprende de que haya sido imputada su hija en otro chanchullo, aunque no sea náutico?, ¿no le sorprendió que de las cuatro personas que manejaban Nóos la única que hasta ahora no lo estaba era justo su hija Cristina?, ¿pero cuando los visitaba, y sabiendo lo que ganaban, no notaba que el tren de vida de la pareja estaba fuera de sus posibilidades?


A mí lo que me sorprende es que se sorprenda, y lo que más me sorprende, dentro de tanta sorpresa, es que ahora, los que le bailan el agua quieran desviar la atención diciendo que Urdangarín ha hecho mucho, pero mucho daño a la Monarquía. Y es cierto, este inútil (el único español que tenía la vida solucionada y la de su familia y que solamente tenía que dedicarse a pasear mientras 5 millones están en el paro) ha hecho daño, mucho daño, a la Monarquía; pero si esto quedara en casa, solo en nuestro país, no sería tanto problema.


El problema ya no es que Urdangarín haya hecho daño a la Monarquía; lo grave, lo realmente grave, es que la Monarquía ha hecho un daño irreparable a España, y el Rey debería saber que su cargo, su trabajo, su misión, es defender los intereses de este país, que es el que le paga y del que vive.


Y si cuando criticó a Urdangarín por su comportamiento lo hiciera, por mucho que le pesara, también el de su hija (pues antes que su hija están 46 millones de españoles), seguro que la situación sería bien distinta y no estaría ahora este país en el mundo como ejemplo de corrupción en el que incluso el más importante eslabón institucional, la Casa Real, también está pringada.


Si hubiera hecho eso, si hubiera dado ejemplo, lo que se espera de un Jefe de Estado, y no de un Jeque de Estado, creeríamos en lo que siempre predica: que todo lo hace por el bien de los españoles; pero, evidentemente, no ha sido así. Lo intereses principales han sido los suyos y los de su familia.


 ¿Y ahora se sorprende?, pues yo, visto lo visto… ni te cuento.
  

  Publicado el


manuelguisande











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