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sábado, 24 de junio de 2017

La historia del boxeador gitano que venció a Hitler en un ring

rukeli


Al conocer su pasado como boxeador, se le obligaba a participar en combates contra otros presos para el entretenimiento de guardias nazis, principalmente. Llegó el día en que un Kapo (como eran llamados los presos que trabajaban para la SS) de nombre Emil Cornelius se quiso medir con el joven gitano, cuyo estilo de boxeo se caracterizaba por una gran rapidez en el juego de piernas y una habilidad innata en el disparo de golpes.  


Trollman lo derrotó con facilidad, pues a pesar de llevar años retirado de los cuadriláteros y estar físicamente disminuido, su técnica se conservaba intacta. Los nazis, al ver a uno de los suyos derrotado, montaron en cólera. Dolido en el orgullo, el Kapo asesinó a Rukeli con un garrote. 


Lo golpeó hasta la muerte, hasta que el joven gitano yació tendido en el suelo, bañado en sangre, con sus guantes de boxeo colocados. Todos en el campo de concentración contemplaban la escena profundamente conmovidos.

No era la primera vez que Johann Trollman se las veía con el Tercer Reich y lo derrotaba de manera humillante. Este joven boxeador, nacido en Hannover a finales de 1907, no era bien visto por los nazis debido a su peculiar estilo de boxear basado más en la habilidad que en la fuerza bruta, como les gustaba a los seguidores de Hitler. 


Tanto fue el rechazo que en su propio país profesaron por este joven atleta, incluso antes de que Hitler llegara al poder, que fue excluido de los Juegos Olímpicos de 1928, celebrados en Ámsterdam, a pesar de contar con todas las condiciones para representar a su país.


Desde temprana edad se había sentido atraído por esta disciplina mientras se criaba en los barrios más pobres y peligrosos de su natal Hannover. El boxeador judío Erich Seelig era su entrenador y había hecho del joven Trollman una de las promesas del pugilismo alemán más firmes de la época.


boxeador rukeli ring


 Éste obtuvo el Campeonato Regional, ganó el Campeonato del Norte Alemán y tomó parte en el Campeonato Alemán Amateur de Box.

boxeador rukeli combate


A partir de su debut a nivel profesional, en 1929, comenzó a ganarse la admiración del público, quien lo elevó a la calidad de ídolo. No le faltaban las admiradoras entre el género femenino. Cosechaba cada vez más y más victorias que irritaban al Tercer Reich, quien veía en el gitano una amenaza para sus orgullosos y soberbios atletas de “raza pura”. 


Llegó el día en que el púgil tuvo la oportunidad de disputar el campeonato nacional de peso semipesado contra el también alemán Adolf Witt (monarca de peso pesado) el 9 de junio de 1933.


En seis asaltos, Rukeli demostró porqué era una de las grandes promesas del boxeo alemán. Tundió a golpes a Witt y lo hizo ver mal de principio a fin. Impotentes, los miembros de la Asociación Alemana de Boxeo, nazis en su mayoría, ordenaron parar la pelea y decretaron un injusto empate. 


Rápidamente, el público protestó tan airadamente que los jueces no tuvieron más remedio que darle la victoria al joven gitano, como era lo justo. Éste, a punto de ver cómo le robaban la pelea, estalló en llanto. Seis días después, en un acto vergonzoso y humillante, la Asociación Alemana de Boxeo le notificó en una carta la decisión de retirarle el título alegando “conducta inapropiada en el ring”.


Dicha decisión tomó por sorpresa al propio Trollman y al público, quien pidió que se hiciera justicia. 


La presión ejercida por la opinión pública obligó a las autoridades del boxeo alemán a programar una nueva batalla para decidir al auténtico ganador. El combate fue fechado para el 21 de julio de ese mismo año. Antes de que la pelea se realizara, una nueva injusticia se cometería de parte de las autoridades alemanas del Tercer Reich: exigieron a Rukeli que debía dejar de lado su estilo característico de boxeo y centrarse en una técnica mucho más alemana


Sabían que de esa manera sería poco probable que el joven atleta pudiera alzarse con la victoria.


boxeador rukeli pelea
 
 
El combate representaría uno de los acontecimientos históricos más grandes y recordados no sólo para el pugilismo alemán, sino para el boxeo de todo el mundo. Cuando Trollman salió al encordado para disputar el combate lo hizo de una manera muy peculiar.
 
 
 Llevaba el cabello teñido de rubio y su cuerpo estaba totalmente espolvoreado con harina. Su apariencia hacía alusión con gesto burlón y provocador a la raza aria que con tanto fervor defendía a los nazis.


Si la sorpresa inicial resultó fuerte, el desarrollo del combate lo fue aún más. Trollman no se defendió ni atacó durante los cinco rounds que duró la pelea. Se dejó golpear hasta quedar bañado en sangre por su oponente, quien cobardemente atacó al joven a pesar de que éste no ofrecía resistencia.
 
 
 Cayó a la lona golpeado de manera brutal, casi desfallecido. Su carrera había llegado a su final, como los nazis pretendían. Disputó algunos combates más pero sin el éxito y la calidad de antes.


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La cacería de judíos se recrudeció en Alemania. Se tomó la decisión de esterilizar a los gitanos y Trollman corrió con la misma suerte. Fue reclutado por la Wehrmacht en 1939 para pelear por su país a cambio de salvar la vida de su familia.
 
 
 Después de tres años de permanecer en el frente y peleando por un país que no le había tratado de buena manera, un nuevo golpe del destino vendría para Rukeli: sería mandado al campo de concentración de Neuengamme tras la firma del Decreto de Auschwitz. 
 
 
Fue en ese mismo sitio donde un hombre tuvo que golpearlo con un garrote para poder derrotarlo. 
 
 
Fue la única manera en que los nazis pudieron derribar al hombre que se burló de ellos encima de un ring.


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Como acto simbólico, en reconocimiento a la trayectoria de un atleta tratado de manera injusta, en 2003 la familia de Johann Trollman recibió de parte de las autoridades del boxeo alemán el cinturón que le fue arrebatado décadas atrás. Un K.O. limpio y certero a favor de Rudelli.



Johann Trollman es uno de tantos héroes olvidados por la historia cuya figura es vital para entender que el espíritu humano llega a ser tan fuerte que no se doblega ni siquiera ante los tiranos más despiadados. 
 
 
A pesar de que Hitler no fue el personaje central de este texto, es bueno recordar los múltiples acontecimientos que giran en torno a su oscura figura: 25 frases que reflejan el perfil psicológico de Hitler



 
 
 
 

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