Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 13 de abril de 2012

Lo confieso, soy un criminal * por Juan García Luján

Y estoy pensando en rehabilitarme. Por eso me gustaría pedir la ayuda del gobierno.

Lo confieso, soy un criminal. Por internet he apoyado manifestaciones de resistencia pacífica. He aplaudido a jóvenes que pararon un desahucio del Banesto a una familia pobre, a pacifistas que invadieron una sede de la OTAN para señalar el lugar donde se organizan los mayores crímenes de nuestro tiempo que financiamos con nuestros impuestos. Reconozco que admiro a Gandhi, lo dije al juez desde el banquillo de los acusados durante la legislatura de Aznar, por una ley de Felipe González, por negarme a realizar el servicio militar y a aceptar ocupar el empleo de un trabajador social que me imponía el Estado.Tengo una trayectoria sospechosamente criminal. Y estoy pensando en rehabilitarme. Por eso me gustaría pedir la ayuda del gobierno.
Después de leer el anuncio que hizo este miércoles en el Congreso de los Diputados el ministro del Interior Jorge Fernández, esa reforma del Código Penal para incluir el delito de “integrante en organización criminal” a las personas que promuevan manifestaciones que acaben en desórdenes públicos o en ocupación pacífica de instalaciones públicas, tipo Gandhi, he decidido cambiar mi personalidad. Tengo un plan: me dedicaré al tráfico de droga a escala internacional, o a la trata de blancas, ingresaré el dinero en cuentas suizas o en islas Caimán, o haré de intermediario ante algunos ayuntamientos para operaciones inmobiliarias ilegales. Después me confesaré ante el Obispo Reig Plá, le diré que no he estado en ningún club de hombres nocturnos, que mi mujer no ha abortado y me iré al banco, sacaré todo mi dinero para llevárselo al ministro Montoro, me acogerá a su amnistía para delincuentes fiscales y le pagaré un 10% y me quedo con el 90%. Con esa pasta compraré alguno de los hospitales públicos que va a vender el gobierno a precio de ganga, o invertiré en la bolsa, para parecerme a buena parte de los ministros. Y dejaré de ser un criminal. Pediré perdón por mis manifestaciones pacíficas, por haber gritado contra los especuladores, por haber retuiteado manifestaciones del 15M. Borraré mi pasado y seré un hombre de bien. Llamaré ajustes a los recortes, subida equitativa de la presión fiscal a la subida de impuestos y flexibilidad laboral a la eliminación de derechos laborales históricos. Y así, por fin, para este pacífico gobierno que dedica 7.000 millones de euros a gastos militares y recorta más de 10.000 millones a Sanidad y Educación y que tiene como ministro de Defensa al exconsejero de una empresa que fabricaba bombas de racimo , dejaré de ser un criminal.
PD: Constitución Española de 1978
CAPÍTULO II.DERECHOS Y LIBERTADES.
SECCIÓN I. DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y DE LAS LIBERTADES PÚBLICAS.
Artículo 21.
1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.
Campaña contra reforma del Código Penal que criminaliza a la disidencia:
 
 

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