Mucha emoción, lágrimas, un desmayo y un silencio sepulcral han presidido esta tarde el homenaje a Iñigo Cabacas Liceranzu, el joven de 28 años fallecido en el hospital de Basurto después de haber permanecido en coma varios días. El aficionado del Athletic resultó herido el pasado jueves tras registrarse una carga policial al término del partido disputado en San Mamés entre el Athletic y el Schalke.
Durante la protesta, que se ha prolongado durante un cuarto de hora, se ha guardado un respetuoso silencio. Tras una salva final de aplausos, varios de los presentes han comenzado a gritar: "Herriak ez du barkatuko" ('El pueblo no perdonará'), consigna que ha sido inmediatamente acallada por los amigos de Íñigo, que han exigido que no haya "ni un solo grito".
Al término del acto, varias personas que se han identificado como testigos presenciales de los hechos han asegurado que Cabacas recibió un pelotazo de goma a bocajarro en la cabeza por parte de efectivos de la Ertzaintza. No se han registrado incidentes. La cuadrilla de Iñigo ha demandado "respeto" y ha pedido a los presentes que no hubiera "ningún altercado". La Policía autonómica había desplegado en la cercana Gran Vía un fuerte dispositivo de seguridad, con tres furgonetas antidisturbios.
Un millar de personas se solidariza con los amigos y familiares de Iñigo Cabacas
La cuadrilla del joven fallecido ha exigido "respeto" y ha ordenado silenciar cualquier tipo de consigna durante el homenaje
tenía 28 años
Fallece el joven herido tras los incidentes del Athletic-Schalke
Iñigo Cabacas Liceranzu sufrió un edema cerebral que la familia atribuye a la carga realizada por la Ertzainza, que está investigando lo sucedido
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