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jueves, 5 de abril de 2012

San Mamés rendirá hoy el homenaje a Raúl que el Bernabéu no le ha podido dar todavía


La Catedral del futbol

"No he venido buscando el aplauso pero si lo hacen, genial", dijo nada más llegar a Bilbao. Raúl no es partidario de homenajes. No los quiere mientras esté en activo, circunstancia que todavía sigue viva en su cabeza. Se marchó del Real Madrid con el cariño de los que acudieron al estadio madridista en su despedida, pero renunció a todo acto que fuera más allá de una simple y quizás fría despedida en el palco y sala de Prensa del estadio que fue suyo durante 17 temporadas. No quiso partido homenaje, pendiente para el momento que cuelgue las botas, ni simbólica presencia de su equipo en el trofeo Bernabéu. No es de su gusto.

Lo que no esperaba el capitán del Schalke es que, casi dos años después de su marcha del fútbol español, San Mamés y la afición del Athletic le hubiera preparado un recibimiento a lo grande. Cierto es que el dos a cuatro del partido de ida ayuda a que Raúl sea una pieza más del ambiente festivo que se vive por Bilbao pero La Catedral quiere que el que fuera siete blanco no olvide su retorno a uno de sus estadios favoritos.


San Mamés rendirá hoy el homenaje a Raúl que el Bernabéu no le ha podido dar todavía
Raúl fue ovacionado a su llegada a Bilbao (Efe).

No será la primera vez en la que San Mamés ovacione al delantero español. Ya lo hizo vistiendo la camiseta del Real Madrid en la temporada 94-95. El partido terminó con empate a uno pero la afición ya reconoció el fútbol del siete blanco. Un año después, la ovación se repitió pese a la goleada recibida por el Athletic. El choque terminó con cero a cinco y cuando Raúl logró el cero a tres, San Mamés rompió a ovacionar al delantero como después hizo con Michel. Jorge Valdano acababa de ser cesado y el delantero no quiso celebrar el tanto ante la decisión adoptada por Lorenzo Sanz de despedir al técnico que confió en él cuando tan solo tenía 17 años. Del Bosque se sentó ese día en el banquillo madridista. 

La afición de equipo vizcaíno es de las que tiene memoria y recordará los catorce partidos en los que Raúl ha aparecido por La Catedral. Ya lo hizo con Giggs en el partido de octavos y lo repetirá con el exmadridista. Los buenos futbolistas no pasan inadvertidos para los que pueblan las gradas de San Mamés. Los seguidores rojiblancos devolverán esta noche parte del cariño que el propio Raúl ofreció a su equipo y a ellos mismos el jueves pasado cuando, tras caer derrotado por dos goles a cuatro, fue felicitando a todos los jugadores y a la propia afición del Athletic. Aplaudió y ahora recogerá ese gesto con una ovación de los hinchas del equipo de Marcelo Bielsa.




Raúl González aseguró hoy que es un "orgullo" para él jugar en San Mamés, donde mañana su equipo se enfrentará al Athletic en la Europa League. "Va a ser la primera vez y seguramente la última que juegue en San Mamés, porque hay un estadio nuevo, en dos o tres años se cambiará y yo no estaré jugando", señaló el exmadridista en rueda de prensa.
Sobre una posible ovación de la afición del Athletic durante el partido, dijo que no viene "buscando eso", pero que si le quieren ovacionar "genial".
Respecto a su renovación con el Schalke la próxima temporada, afirmó que tomará una decisión en las próximas semanas, pero que el equipo le ha hecho una "buena oferta".




Además, la camiseta de Raúl tendrá sitio reservado en el museo rojiblanco. Como manda la tradición, cada equipo que pisa San Mamés por primera vez rinde tributo a Pichichi. La ofrenda empieza con un ramo de flores al busto del goleador y termina con la camiseta de su capitán, en este caso la del delantero español. Después, la afición devolverá el gesto, ovacionando al que fuera referencia del Real Madrid. El capitán del Schalke sabe lo que se está moviendo por Bilbao. Llega ilusionado por la bienvenida y por el cariño que está recibiendo en la última semana, pero en el momento en el que se inicie el partido se olvidará de sentimentalismos y buscará el imposible que supone eliminar al Athletic tras el dos a cuatro del Veltins Arena.

El Schalke llega tocado y con pocas esperanzas de remontar la eliminatoria. La peor noticia que tiene el equipo alemán es la presencia de Schober bajo palos. Es el cuarto portero del equipo, en el que también militan Jurado y Escudero, y hasta que apareció en la ida, colaborando en dos de los goles del Athletic, llevaba prácticamente tres años sin jugar. Steven no podrá contar con Fuchs ni con Drexler lo que abre las posibilidades a los otros dos españoles de formar en el once inicial.

Bielsa no ha cambiado sus costumbres pese a los dos a cuatro de la ida. No quiere confianzas. Concentró ayer por la mañana a sus jugadores y los hizo ejercitarse en doble sesión. 800 seguidores en el entrenamiento de la mañana en Lezama e igual número por la tarde. El argentino no varió su hoja de ruta y tirará de su once tipo salvo la ausencia del sancionado Iturraspe.
 
 
 




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