"A veces igual digo cosas que a la gente no le gusta. También sé pedir perdón cuando he metido la gamba hasta el fondo, pero no creo que haya sido el último caso". Así comenta el popular cocinero vasco, Karlos Arguiñano, la enorme repercusión que han tenido sus comentarios sobre la crisis económica, los recortes y los banqueros durante su programa del pasado día 24.
El vídeo tuvo en Internet "más de un millón de consultas", según narra el propio Arguiñano. En él, con el habitual tono cercano y bromista que le ha valido ser considerado uno de los mejores comunicadores del país, criticaba los recortes del Gobierno en sanidad y educación, además del rescate a los bancos. "Que España está pasando problemas está claro, pero que haya que inyectarles a unos bancos sospechosos de todo 10.000 o 15.000 millones...". "Problemas tenemos todos pero no es por los estudiantes ni por los profesores sino por los gangsters que han manejado la economía mundial", aseguraba.
"Los de Antena 3 son listos"
En su respuesta asegura que le gusta contar las cosas a su manera y recuerda que lleva "más de 3.000 horas hablando solo en televisión", a la vez que defiende la utilidad de su programa. "Si estamos escuchando sólo los informativos nos va a entrar una tristeza...", añade."Hay gente que me dice, ¿No te han dicho nada en Antena 3? Los que dirigen Antena 3 son listos y saben que el Arguiñano es el más díscolo que tienen pero saben que yo nunca me he quedado nada de nadie, que juego limpio y que soy un tío que me gusta hacer gracia", asegura.
Arguiñano llamando a las cosas por su nombre en su cocina: los que manejan la economia son unos gangster
Arguiñano ha hecho lo que no hacen los grandes periodistas de las televisiones del estado español, que, en teoria, trabajan para decir las verdades y contar cómo son las cosas, no dicen: "los que manejan han manejado la economia mundial son unos autenticos ganster", y el gobierno español dice que a los que hay que apoyar es a aquellos mientras recorta la educación y la sanidad. Asi que, continua Arguiñano, "si llegan a explicar bien lo que iban a hacer antes de las elecciones, igual no estan en el poder"..."¿Diez mil millones, quince mil millones, a los bancos?", se pregunta el cocinero vasco.
Sus palabras han dolido al gobierno y a sus sostenedores, y, por supuesto, a los ganster de Bankia y el resto del entramado economico-politico que chupa la sangre de los españoles...
Lo cierto es que la verdad duele (como dice el axioma latino, veritas odium parit), y por eso los que tanto la temen se esfuerzan e invierten tanto dinero en ocultarla mediante el control de los medios y la manipulación. Has ido todo una sorpresa que en esos entramados de la mordaza y la mentira que son los medios de comunicación del mundo "libre", se llame a las cosas por su nombre de forma tan clara.
"Nuestros hijos van a tener que emigrar. Por eso un respeto a los emigrantes, porque de la noche a la mañana, muchisimos, cientos de miles de españoles, van a tener que emigrar..."
Da igual donde se diga, pero, como dijo Lenin, la verdad es siempre revolucionaria y hay que decirla, como también proponía Nietzsche, aunque sea a martillazos, para que duela, o, como en el caso de Arguiñano, a cacerolazo limpio.
Sus palabras han dolido al gobierno y a sus sostenedores, y, por supuesto, a los ganster de Bankia y el resto del entramado economico-politico que chupa la sangre de los españoles...
Lo cierto es que la verdad duele (como dice el axioma latino, veritas odium parit), y por eso los que tanto la temen se esfuerzan e invierten tanto dinero en ocultarla mediante el control de los medios y la manipulación. Has ido todo una sorpresa que en esos entramados de la mordaza y la mentira que son los medios de comunicación del mundo "libre", se llame a las cosas por su nombre de forma tan clara.
"Nuestros hijos van a tener que emigrar. Por eso un respeto a los emigrantes, porque de la noche a la mañana, muchisimos, cientos de miles de españoles, van a tener que emigrar..."
Da igual donde se diga, pero, como dijo Lenin, la verdad es siempre revolucionaria y hay que decirla, como también proponía Nietzsche, aunque sea a martillazos, para que duela, o, como en el caso de Arguiñano, a cacerolazo limpio.
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