Les voy a pedir un favor: no me sean malos y se vayan a chivar ahí fuera, a los señores de negro, de lo que sigue aconteciendo en algunas cajas españolas reconvertidas a bancos, cinco años después del inicio de una crisis financiera que amenaza con llevarse por delante el sistema bancario español.
Si se enteran, no me quiero ni imaginar las condiciones adicionales que nos pueden imponer en Bruselas, Frankfurt o Estrasburgo. Mejor guardar el silencio, secreto de estado. Callen, callen, les cuento esto para ustedes nada más. Bajen la voz.
Si se enteran, no me quiero ni imaginar las condiciones adicionales que nos pueden imponer en Bruselas, Frankfurt o Estrasburgo. Mejor guardar el silencio, secreto de estado. Callen, callen, les cuento esto para ustedes nada más. Bajen la voz.
¿Están listos? Bien. Saben que las ‘recomendaciones’ locales e internacionales al sector giran alrededor de dos ejes: uno cuantitativo, que hace referencia a sus necesidades de provisionamiento y capital, y otro cualitativo, que aterriza en el llamado gobierno corporativo de las instituciones. Todos los ojos han estado puestos en los últimos meses en el primero, un hecho que ha facilitado que se consoliden despropósitos alrededor del segundo. Sirva como muestra un botón: la composición del Consejo de Administración de Unicaja Banco, nombrado en el momento de su creación, esto es: diciembre de 2011 cuando la situación se aventuraba ya, si no crítica, sí preocupante.
Una coyuntura que poco importó a Braulio Medel, su Presidente. Renunció a hacer de la necesidad virtud y aprovechar la ocasión para profesionalizar la gestión de la entidad, ocupado como estaba en blindar su puesto con gente afín procedente de la estructura de gobierno de la matriz malagueña. Se rodeó de ex políticos, sindicalistas y antiguos empleados que no dudaron en aprobar, un mes más tarde, una indemnización para su mentor equivalente a dos anualidades de sueldo bruto. Ayudó al voto favorable de los consejeros la propuesta de que su cargo pasara a ser remunerado, novedad de novedades, a razón de 70.000 euros anuales más dietas. ¿Crisis, what crisis? Solo se opusieron los representantes del PP y los de Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores.
Estabilidad en la gestión, lo llaman.
Van entendiendo, ¿verdad? A lo mejor piensan que exagero. Ya verán como no. Recorrer los currículos de buena parte de los quince consejeros pone los pelos de punta, la verdad, toda vez que se repite el patrón que tantas críticas suscitó –y tan trágicas consecuencias acarreó- en Bankia, por poner solo un ejemplo.
Así el PSOE aporta hasta tres maestros de primera enseñanza, dos de ellos Licenciados en Filosofía y Letras (Juan Fraile, que pertenece además a la Comisión Ejecutiva, y la parlamentaria regional Maria Luisa Bustinduy) y el tercero en Ciencias de la Información (Pedro Fernández Céspedes). Completa el cuarteto José María de la Torre, que fuera Alcalde de Jaén a finales de los 80, principios de los 90. Ninguno de ellos acredita mérito adicional en la industria como para justificar su designación. Por su parte, junto al abogado Manuel Atencia, Vicepresidente Primero, el Partido Popular se ve representado por Juan Ramón Casero, a la sazón Ingeniero Técnico Industrial y diplomado en Sociología. Mira tú.
Despolitizar las cajas, lo llaman.
Por el Partido Andalucista figura un administrador de fincas, experto en dirección de espectáculos taurinos, como es Ildefonso Dell’Olmo. Más cornadas da el hambre. No le andan a la zaga en capacitación el representante de Comisiones Obreras, José Luís Cid García, que acredita haber concluido el bachillerato superior, o su alter ego en UGT, Francisco Herrera, que hizo estudios de Formación Profesional antes de entregarse de por vida a la causa trabajadora. No parece tampoco que haya razón más allá de la 'institucional' para que figuren como parte de la administración de la firma. Claro que después de tantos años... Ya saben, a andar se aprende andando.
Rompen el patrón los doctores en economía, Agustín Molina y Victorio Valle, designados en la remodelación de finales del año pasado, y el perito mercantil Antonio López -los tres vinculados con anterioridad a la caja o su presidente- completan el órgano de administración de la nueva entidad, junto con los consejeros ejecutivos (el propio Medel y Manuel Azuaga, director general) y el gerente de la Diócesis de Málaga, Javier Arcas. Será por lo de Dios nos pille confesados.
¿Cómo lo ven? No se me alboroten, que nos van a descubrir… Silencio.
Sigo. Es verdad que la cesta que Medel ha conseguido hacer con esos mimbres es aparentemente sólida, tanto por cuenta de resultados como por balance, si nos atenemos al histórico de Unicaja mientras respondía a tal denominación y a los datos del nuevo banco en el primer trimestre de ejercicio que figuran en la web de la CNMV. Sin embargo Moody´s es más escéptica y la ha apeado del selecto club que compartía con Santander o BBVA para situar su rating al borde del bono basura tras una rebaja de cuatro escalones del tirón. Vaya. Hay miedo al riesgo inmobiliario, a nombres como Acinipo o Sando y sus riesgos asociados
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Acabo. Sorprende la naturalidad con la que los medios regionales recogen esta aberración en los tiempos que corren. Curioso. Han comprado el argumento de interinidad ante la prevista fusión con Banco Ceiss (Caja España-Caja Duero) que se elevará a público en septiembre y dará a la castellano-leonesa cinco de los quince puestos en el Consejo, obligando a su renovación. Mucho confiar parece visto lo visto. Asusta también la falta de oposición de aquellos llamados, en el ámbito público y privado, a recuperar la credibilidad de España con medidas higiénicas como la profesionalización de la banca. Silencio de los corderos mientras nos llevan al matadero. Sus razones tendrán.
Si la mujer del César debería no solo ser honrada sino parecerlo, ésta como que va muy descocada a los escrutadores ojos de los observadores internacionales, ¿no creen?
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