Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 23 de agosto de 2012

Genoveses siempre ¡ Presentes !

El delincuente de Conde se abraza con el trilero de Feijóo

Ha tenido que ser precisamente un Abogado del Estado en excedencia especial y con antecedentes penales quien al rebufo de la crisis vuelva a poner sobre la mesa de la derecha hispana una anormalidad que tiene su origen en la transición y que en otros muchos países de la Unión Europea hace décadas que está resuelta.
Mario Antonio Conde Conde, un oportunista sin escrúpulos y con sentencias firmes - en marzo de 1997 fue condenado a seis años de prisión por apropiación indebida de 600 millones de pesetas y por falsedad en documento mercantil y en marzo de 2001 la Audiencia Nacional le condenó a catorce años por los delitos de estafa y apropiación indebida- anuncia que por segunda vez vuelve a intentar captar votos entre el electorado conservador, la primera comprando las siglas CDS y ahora a través de un chiringuito denominado Sociedad Civil y Democracia (SCD).
Lo relevante de esta iniciativa no es tanto adivinar los apoyos financieros y mediáticos que pueda reunir semejante individuo. En realidad lo que se vuelve a poner en debate es por qué y cómo, los genoveses originales y genuinos han aglutinado en torno a sus siglas a un electorado y a unos medios que en otros muchos países estarían votando y apoyando sin complejos a  líderes como la francesa Le Pen , griegos como Nikos Michaloliakos, holandeses seguidores de Geert Wilders, austriacos de Heinz-Christian Strache y así sucesivamente hasta completar el mapa  donde la extrema derecha europea tiene vida propia.
Sin embargo, en España hasta ahora todos los intentos de normalizar la existencia diferenciada de grupos de extrema derecha con la existencia de un sólido partido conservador han fracasado, excepción hecha del conglomerado ideológico que representa la ególatra de Rosa Díez y su no menos chiringuito personal e intransferible que es la UPyD.
Para entender este fenómeno paranormal no es preciso hacer sesudas tesis doctorales ni análisis pre y post electorales de encargo. En realidad, aunque son apabullantes y variopintas las causas, hay una que brilla con luz propia y que no es otra que primero durante los últimos suspiros de la dictadura franquista, luego con AP durante los primeros años de la transición y en la actualidad bajo las siglas PP, los conservadores que hoy lidera en comisión de servicios Mariano Rajoy tienen una parte de sus genes y sus sedes abiertas hasta el amanecer para que entren y salgan las escuadras de la ultraderecha.
Vayamos algunos ejemplos que ilustran bien este argumento y que en otros países, insistimos en ello, nutren desde hace años a los partidos ultraderechistas con votos, líderes y proclamas.
De entrada, hasta hace dos días, el PP estaba presidido vitaliciamente por un ex Ministro de un dictador como lo fue, mire por donde se mire, el general Franco. Tiene además en su escalafón, como Presidente de Honor, a José María Aznar que con el paso del tiempo ha regresado a sus orígenes ideológicos que en una mayoría de países serían calificados de cercanos a posiciones de la ultraderecha.
Para redondear sus relaciones con ese pasado que nunca descalifican y mucho menos condenan, son innumerables  los cargos públicos y orgánicos genoveses, más simpatizantes declarados, los que ocuparon responsabilidades políticas einstitucionales durante el franquismo.
No es menos anormal que dentro del escalafón genovés sean numerosos los ejemplos de cualificados responsables del Partido que se sientan en numerosos gobiernos municipales, regionales y ahora en el mismo Consejo de Ministros y que en sus años mozos y no tan mozos no tuvieron reparo alguno en compartir métodos expeditivos, no solo ideológicos, con los que habitualmente practicaba la extrema derecha. Los ejemplos de Alberto Ruiz Gallardón, Ana Mato, Cristina Cifuentes o Alfredo Prada, por señalar solo 4 ejemplos, hablan por sí mismos.
No deja de ser también un motivo de reflexión, no exento de preocupación, el alto número de hijos y nietos de responsables de la dictadura que hoy se sientan cómodamente en sus despachos oficiales tras su correspondiente nombramiento en el BOE o en los boletines de ámbito regional y que desde hace tiempo venimos señalando en este blog.
Y ya puestos nunca está de más recordar que el mismísimo Presidente del Gobierno, a una edad madura, con plaza de Registrador de la Propiedad y con coche oficial a la puerta como Presidente que lo era de la Diputación Provincial de Pontevedra, escribió y no improvisó sendos artículos sobre el determinismo biológico que de conocerlos sus colega de los Consejos Europeos le retirarían el saludo. La misma anormalidad democrática que en el seno de este partido puedan convivir y se jaleados alcaldes que basan su programa en propuestas xenófobas y racistas como es el caso del Alcalde de Badalona.  
Se podrían relatar muchos más ejemplos, a cada cual peor, ordenados por sectores y colectivos pero hay uno de ellos que está de plena actualidad y que no por obvio conviene ningunear. La existencia dentro de la familia genovesa de un lobby, secta, clan, camarilla, cuadrilla, pandilla, de ultras católicos, apostólicos y romanos que liderados por un conglomerado de opusdinos, propagandistas católicos, legionarios y kikos hacen y deshacen a su antojo en el sistema educativo y sanitario, entre otros. Sus convicciones ultraconservadoras y sus prácticas políticas no tienen nada que envidiar a la de sus colegas de la extrema derecha europea.

La diferencia es que los primeros en su finca sureña tienen firma reconocida en el BOE, son nombrados embajadores (Trillo), magistrados del Tribunal Constitucional (Ollero) o Ministros de Educación (Wert). Los segundos,  tras perder la II Guerra Mundial, muchos años después continúan marginados por una mayoría del electorado que ni perdona ni olvida. 



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