Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 1 de marzo de 2013

Del fascismo postmoderno ciudadanista y la masas desideologizadas y sin su VISA / Elizabeta Parshina

Sin título

Y, señores, estamos en una crisis estructural del capitalismo, ni esto es una película ni después va a tener solución. Dejad de jugar a la ambigüedad, sacad vuestras banderas, explicad lo que la gente necesita saber para tener herramientas con las que defenderse y dejad de defender una unidad con el contrario. La unidad de izquierda se construye sobre el interés común de la solidaridad de clase, no sobre la misión de la patria. Y sino, sean coherentes y afíliense ustedes a falange antes de hacer más daño con sus mensajes para todos.
Y 23 F claro

Advertimos mucho de que la situación en la que estamos es muy peligrosa políticamente. En plena crisis estructural del capitalismo surge un movimiento popular con lemas ambiguos y discurso social cuyos principales enemigos son políticos, sindicatos y banca. Cuando esa constante se afianza en la opinión pública tras mucha publicidad en los medios, el discurso pasa a centrarse en la recuperación de los servicios públicos y sigue insistiendo en la “inclusividad” rechazando banderas, partidos y “sectarismos”.


Justificándose en hacer el lenguaje asequible a una mayoría y aceptando el ataque a la línea de flotación de las organizaciones políticas y sindicales, a las que se tacha indiscriminadamente de corruptas e inútiles, los responsables de la izquierda han permitido que se instale un estado de opinión donde personas con poca formación política o experiencia nadan en un mar de confusión.


Advertimos también repetidamente de que esos mensajes ambiguos se corresponden perfectamente con el discurso social del fascismo y de que era necesario empezar a hablar de él como lo que realmente es: una forma de populismo que pretende defender a los trabajadores cuando a quien beneficia es al capital porque en lugar de atacarlo a él, ataca a todo lo relacionado con la democracia representativa.


Ahora se han juntado todos los malos augurios:
No se entiende que el fascismo tiene un discurso de justicia social y de principios (de eso habla, evita hablar del ataque a la izquierda que se posiciona y de su ultranacionalismo, que disfraza de “bandera del mundial” antes de sacar la verdadera). Por tanto, las personas con una formación política débil o poca experiencia, no lo reconocen.


Los responsables de izquierdas siguen parapetándose en “un lenguaje asequible” y entran con ello (y hacen entrar) en pleno discurso falangista atacando la corrupción y el régimen de partidos sin acordarse de nombrar o explicar el capitalismo (lugar donde las rentas del capital crecen por la explotación del trabajo) o la crisis capitalista (punto donde los beneficios empiezan a decrecer y el capital, para no ver disminuir sus rentas, hace disminuir las rentas del trabajo cuanto sea necesario).


Al rehuir estas explicaciones, nos encontramos no sólo con que la mayor parte de la gente dirige su protesta hacia lugares en los que no puede encontrar solución, sino con que el discurso común se acerca peligrosamente al falangismo Recordamos: el fascismo tiene un fuerte discurso de justicia social además de las cosas de las que habla menos. Pero ese discurso sirve para evitar la solución que pasa por reconocer la unidad entre las rentas del trabajo, la clase obrera, para frenar al capital. De hecho, los fascismos de los años 30 fueron financiados por el gran capital cuando vio su estatus amenazado por las organizaciones de clase.


Así que ahora no nos extrañe encontrarnos a la plana mayor de organizaciones de ideología fascista haciéndose pasar por apoyos para los trabajadores en la página de DRY.


Han pasado tres años en los que se han rechazado estas advertencias. Y la consecuencia lógica es que personas sin una formación política sólida ahora no tengan herramientas para distinguir un discurso fascista de un discurso de izquierda.


Por tanto, cuidado a quien honradamente quiera saber a dónde está yendo; alarma para aquellos que siguen defendiendo no explicar los rudimentos elementales de la izquierda en beneficio de un “lenguaje asequible”, porque ese lenguaje impide entender cosas imprescindibles.

Y, señores, estamos en una crisis estructural del capitalismo, ni esto es una película ni después va a tener solución. Dejad de jugar a la ambigüedad, sacad vuestras banderas, explicad lo que la gente necesita saber para tener herramientas con las que defenderse y dejad de defender una unidad con el contrario. La unidad de izquierda se construye sobre el interés común de la solidaridad de clase, no sobre la misión de la patria. Y sino, sean coherentes y afíliense ustedes a falange antes de hacer más daño con sus mensajes para todos.










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