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sábado, 26 de octubre de 2013

EL LLAVERO CRUEL, VERDADERO MALTRATO ANIMAL

 
EL LLAVERO CRUEL, VERDADERO MALTRATO ANIMAL


La venta de abalorios con tortugas y peces vivos dentro provoca un agitado debate sobre los derechos de los animales en China "Los vendedores dicen que las mascotas viven dos meses, pero no llegan a la semana" El ingenio no puede ser más sencillo: una pequeña bolsa de plástico se llena con un poco de agua rica en nutrientes, se introduce en ella un animal de menos de cuatro centímetros de largo, se sella y se le coloca una arandela para que sirva de llavero.


  Así, la mascota acompañará siempre a su dueño, que no tiene que preocuparse de darle de comer ni de limpiarla. Es incluso más cómodo que un 'tamagotchi'. En China, donde este producto tiene buena aceptación, se puede elegir entre peces de colores -la opción más habitual-, pequeñas salamandras y hasta tortugas. Y los vendedores aseguran que pueden vivir hasta dos meses. Lo cierto es que la mayoría no dura más de una semana, y su existencia es una tortura.


«Con niveles de oxígeno cada vez menores, tanto en el agua como en el aire de la bolsa, y sin comida, los animales no pueden sobrevivir más de unos pocos días», explicó a la CNN el director de Protección de Animales de la ONG Animals Asia. Además, lógicamente, las criaturas están obligadas a vivir en sus propios excrementos hasta que mueren.



Estos artilugios, técnicamente, son legales. Nacieron en la mente de un avispado empresario que dio con la fórmula mágica para hacer dinero antes de los Juegos Olímpicos de Pekín. Atraen la atención de los más pequeños, y sus padres ven en los 'llaveros vivos' la forma perfecta para satisfacer el ansia de sus hijos por tener una mascota, pero sin sufrir el fastidio de cuidarla.


En un país en el que los derechos de los animales son una quimera, tampoco hay problema ético alguno. Hasta ahora. Tras la publicación en Internet de algunas fotografías se ha desatado un movimiento contrario a este producto.


El Gobierno asegura que está tratando de evitar su comercio, pero se ha confirmado que todavía está en el mercado. El propietario de un establecimiento de la ciudad de Fuzhou, en la costa este del país, accede a dar algunos detalles con la condición de respetar su anonimato.


«Vendemos unos 30.000 peces a la semana. En cada bolsa van uno o dos, dependiendo del tipo de animal», desvela. Aunque su precio oscila entre los 3 y los 5 yuanes (37 y 62 céntimos de euros), este local consigue un beneficio diario de 500 yuanes (62 euros), una cifra nada desdeñable en una provincia en la que el salario medio ronda los 150 euros al mes.


  «Entre dos personas podemos preparar hasta 800 llaveros a la hora», presume el propietario del negocio, que provee a pequeños vendedores callejeros, «que logran un margen del 400%». Sin duda, un negocio redondo para todos.



«Avisamos a los clientes de que lo mejor es que liberen al animal al cabo de un par de días, pero si no lo hacen no es culpa nuestra, claro», se justifica



 

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