Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


lunes, 28 de octubre de 2013

Me pregunto si es manifestación o desfile * Un país que presumió de hacer tabla rasa con los crímenes franquistas


Me pregunto si es manifestación o desfile.
por Alberto Moyano

  A todos nos gustaría que el mundo empezara cada mañana de cero para practicar un poco el adanismo, pero la realidad es otra y al final siempre toca cargar con las consecuencias de la víspera y con las de la víspera de la víspera.








 Un país que presumió de hacer tabla rasa con los crímenes franquistas y posteriormente ha visto salir de la cárcel tras cumplir una parte ridícula de sus condenas a personajes como Milán del Bosch, Alfonso Armada, Emilio Hellín, Ángel Duce, José Barrionuevo, Julián Sancristóbal, Rafael Vera, José Amedo o Rodríguez Galindo -por citar a unos cuantos-, no puede tomar las calles en nombre de la Justicia.


Puede hacerlo en el de la venganza, pero ésta debería ser individual, no colectiva.


 Las ansias de vendetta en forma de ojo por ojo, diente por diente, resultan perfectamente comprensibles en las víctimas, pero es una cruz que con la que -si así lo desean- deberían cargar a título personal, sin chantajes emocionales como el que supone exigir a toda la ciudadanía que las haga suyas en el nombre de una merecida solidaridad que deberían encontrar otros cauces.





 El doble rasero, la triple moral y el agravio comparativo pueden formar parte de la historia de un país e incluso integrarse en sus usos y costumbres cotidianos, pero no son categorías judiciales, ni pueden formar parte del entramado legal.


 A quienes asisten impávidos a determinadas situaciones y se rasgan las vestiduras ante otras similares, en función de condicionantes políticos, les está vedado apelar a la moral, aunque siempre pueden invocar la ideología y refugiarse en la política, que no deja de ser una opinión.


 Este principio circula en la doble dirección, lo mismo vale para unos que para otros.

En cuanto a las víctimas de ETA -de algunas víctimas de ETA, habría que decir en rigor-, cabe preguntarse cómo es posible que su asociación mayoritaria designe como su máximo representante a una persona que se pasea del brazo del hombre que intentó endosar a quien no correspondía la autoría del atentado en el que falleció su hija. Pese a los indicios que ya obraban en su poder.


  Mediante llamadas telefónicas personales a los directores de los principales medios de comunicación. En vísperas electorales. Abdicando de su obligación y dejando el relato de la verdad en manos de Arnaldo Otegi y de la prensa extranjera.

 En vísperas -y esto lo explica todo- de unas elecciones.


Alberto Moyano








 Esta foto no se publicaba y el mundo no hubiera sabido del horror de la Guerra Civil Española




Muertos y vivos






Poesía e imágenes de combate. Silvia Delgado











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