"Con lo que tenía en su entrepierna me tocaba y frotaba mi espalda, pero a mí no me gustaba nada"
"Con lo que tenía en su entrepierna me tocaba y frotaba mi espalda. pero a mí no me gustaba nada... me obligaba a abrir su cremallera y a meter la mano". "Un día comenzó a acariciarme el culo, por encima de la falda y luego me tocó entre las piernas. Me quedé bloqueada".
Son dos de los testimonios de alumnas que supuestamente sufrieron abusos por parte del profesor del colegio religioso concertado Valdeluz Agustinos de Madrid Andrés Diez, encarcelado bajo la acusación de haber abusado de al menos siete menores, aunque ha habido nuevas denuncias desde que se hizo público el caso hace dos semanas.
Las chicas coinciden a la hora de relatar cómo actuaba Díez. En sus clases de música creaba un clima de intimidad con las alumnas, resaltaba lo bien que lo hacían y prometía subirles la nota mientras empezaba a tocarlas. Si la niña no le rechazaba, iba más lejos con los tocamientos en días sucesivos. El miedo y la vergüenza les impedían informar a sus padres sobre lo que ocurría.
"Durante varios días se aproximó cada vez más y me empezó a coger de la mano. Un día comenzó a acariciarme el culo, por encima de la falda y luego me tocó entre las piernas. Me quedé bloqueada pero pensé que si me tocaba era algo normal porque al mismo tiempo me decía que era un portento y que nunca había visto a nadie como yo", relata una de ellas.
Otra de las menores relata que el profesor "comenzó a tocarme la mano y luego me metió su mano dentro del pantalón y las bragas. Al día siguiente me acarició la vagina. Creía que lo que hacía formaba parte de la clase, aunque me sentía muy rara".
"Comenzó a darme besos en la boca y me decía que me iba a subir la nota. Con lo que tenía en su entrepierna me tocaba y frotaba mi espalda pero a mí no me gustaba nada. Me obligaba a abrir su cremallera y a meter la mano", afirma otra alumna.
En 2006, una alumna de 17 años denunció los abusos del profesor, pero el director del centro ocultó los hechos y logró que la familia no presentara denuncia ante la comisaría. La muchacha recibió asistencia en un servicio especializado de la Comunidad de Madrid, pero el Gobierno regional tampoco informó de los abusos ante la fiscalía.
El director del centro, Eustaquio Iglesias, y el jefe de estudios, Juan José de Cossío, ambos religiosos, están imputados de un delito de omisión del deber de perseguir delitos o promover sus persecución. La Consejería de Educación aún no ha decidido si retira el concierto con el colegio.
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