Una
organización que desde el primer día -hace ya varias décadas- busca
réditos económicos a sus acciones políticas, trampeando con las
concesiones que otorga, escondiendo la contabilidad en cuenta opaca y
repartiendo sobres entre sus principales ¿es un partido político o qué
es?
Ningún país serio, ninguna sociedad
medianamente decente, toleraría lo que está pasando en España. Los
hechos concatenados ofrecen mucho más que “sombras de corrupción” -como
las califican los medios- en el partido gobernante, se asemejan más a la
boca negra de la cueva de los incontables ladrones. Estamos hablando de
una contabilidad B para gestionar dinero sucio, procedente de
donaciones ilegales a cambio de adjudicaciones públicas –cohechos y
prevaricaciones-. Desde la fundación del partido. En todas las
provincias y muchos municipios. Que reparte sobresueldos en B – añadidos
a los que Rajoy admitió en A porque, según él, los cobra todo el
mundo-. Y, estamos hablando además, de intolerables obstrucciones a la
justicia.
Si Bárcenas , el extesorero, -que así
lo ha declarado en sede judicial- miente, no podemos decir que buena
parte de sus ex colegas sean muy aficionados a la verdad. En particular,
el presidente Rajoy podría contar con los dedos de la mano las veces
que no engaña. Y las hemerotecas rebosan de ejemplos. Pero es que se
acumulan las pruebas de las investigaciones policiales y judiciales, con
datos coincidentes. A estas alturas de la historia ya muy pocos dudan
de la corrupción del PP, los fieles de enormes tragaderas se aferran
nada más al paliativo “todos lo hacen”. Como si justificara algo.
Lo mejor sin duda es que la justicia
actúe, lo aclare y concluya responsabilidades. Suya es la última
palabra. Es lo que hacen los países democráticos. Pero, qué casualidad,
aquí desde el propio gobierno se ejercen acciones que se asemejan mucho a
la coacción como cuando l os
agentes que investigan la trama corrupta son llamados por Asuntos
Internos de la Policía que gestiona el Ministro del Interior,
incluso varias veces. Si, como el ministerio ha admitido, esto ha
ocurrido ¿Qué hacen todos en sus cargos? ¿No confirma, precisamente, las
sospechas? ¿Cómo se ha podido dejar pasar esto también? ¿Por qué no
clama la justicia, la sociedad y todos los medios informativos? En las
preguntas se encuentran las respuestas.
O las maniobras que ejerce el Ministerio
de Justicia, con esa “remodelación” tan oportuna de los órganos
judiciales.
O del propio Código Penal. Repetiré hasta la saciedad que cuando los españoles consentimos que se expulsara de la carrera judicial a Baltasar Garzón al iniciar la investigación de la Gürtel –con todo lo que concurrió- estábamos sentando un precedente irreversible. También empieza a entender mucha gente que algo extraño -o demasiado claro- ocurrió entonces aunque entiende que en un país como éste estos hechos se dan. Gravísima e increíble aceptación. Así seguimos. En caída libre.
O del propio Código Penal. Repetiré hasta la saciedad que cuando los españoles consentimos que se expulsara de la carrera judicial a Baltasar Garzón al iniciar la investigación de la Gürtel –con todo lo que concurrió- estábamos sentando un precedente irreversible. También empieza a entender mucha gente que algo extraño -o demasiado claro- ocurrió entonces aunque entiende que en un país como éste estos hechos se dan. Gravísima e increíble aceptación. Así seguimos. En caída libre.
Imaginemos que todo esto ocurriera en Alemania, en Suecia, en Gran Bretaña donde han obligado a dimitir a una ministra por
no haber podido justificar un cobro de 7.000 euros. Prácticamente solo
Italia y Grecia han conocido actuaciones similares, más Italia
incluyendo el terreno judicial también.
Porque tenemos que hablar con propiedad.
Una organización que desde el primer día -hace ya varias décadas-
busca réditos económicos a sus acciones políticas, trampeando con las
concesiones que otorga, escondiendo la contabilidad en cuenta opaca y
repartiendo sobres entre sus principales ¿es un partido político o qué
es?
Y si esa organización utiliza medios de
coacción –o algo que se le parece mucho- y maniobra en el ordenamiento
del Estado que controla logrando, en la práctica, frenar la acción de la
justicia o acallar voces disidentes ¿Es un partido político o qué es?
Esto va mucho más allá de EREs
fraudulentos, cursos tramposos, y todas las rapiñas que nos han deparado
los políticos, aunque añadan porquería. Es una corrupción troncal que
afecta a los pilares del Estado. Esto ya no es derecha o izquierda,
porque igual –básicamente- no estamos hablando ni de política. Tiene que
haber gente honrada y coherente dentro de todas las ideologías que deje
de colaborar y ataje de una vez esto.
Sus cómplices son muchos, como
señalamos. Los hay en la Justicia. Sin duda en la política con posturas
de oposición que prefieren no gritar mucho para no airear sus propios
trapos sucios aunque vean hundirse un país en la miseria ética y social.
Muchos medios informativos participan de esa condición de complicidad,
callando la realidad o manipulándola con absoluto descaro. Algunas veces
de forma tan burda que sorprende cuele su mensaje. Y desde luego la
sociedad que no debería permitirse excusa alguna ante la infinita
gravedad de lo que está ocurriendo, incluso de un calibre sin
precedentes en democracia. Afrontar el problema es inaplazable.
Con absoluta desfachatez los actores de
esta catástrofe caminan airosos como si nada fuera con ellos. Con sus
mentiras y promesas habituales. No, los problemas de este cariz no se
resuelven solos: empeoran. La recuperación que la casta vende es para
sus miembros, mientras el resto se empobrece cada día. Sin fin. Un nuevo récord histórico de la deuda pública (96,5%
desde el 68,5% que la tomó el PP) demuestra que quienes se “recuperan”
de verdad son los bolsillos de los acreedores que Rajoy engrosa. Y es
que los resultados dependen de los objetivos de la empresa.
La clave -que exige respuestas y
soluciones- se centra en definir esta cuestión origen ya de tantas
confusiones: ¿El PP es un partido político o qué es a la vista de sus
actuaciones? Y si no fuera un partido político ¿qué estamos haciendo al
entregar todo el poder a una organización como la descrita? No estaría
de más tampoco que, de ser un partido político, el PP se comportara como
tal erradicando ciertas conductas, para disipar dudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION