Esta misma semana la ministra de Empleo y Seguridad Social del gobierno neoliberal de Rajoy, Fátima Báñez,
afirmaba sin despeinarse que la recuperación de la economía "va sobre
ruedas" y que "España lidera la bajada del desempleo en Europa". Todo
esto lo decía al mismo tiempo que Eurostat señalaba que 7 de las 10
regiones con más desempleo de Europa están en España, con cifras tan
alarmantes como que el paro juvenil
en regiones como Ceuta es del 72,7%, el 66,1% en Andalucía, el 65,3% en
Canarias, el 61,7% en Extremadura o el 61,6% de Castilla-La Mancha.
¿Qué futuro le espera a un país que tiene a su juventud totalmente
desahuciada?
Este tipo de afirmaciones insultantes e irreales que dan por superada la
crisis son ya habituales entre las élites políticas, económicas y
mediáticas del país. Pero estas afirmaciones, que son pura propaganda
neoliberal (y mucho más ahora que estamos ya en campaña electoral para
las europeas), no sólo no describen la realidad de un país desarrollado
donde ya hay 3 millones de niños viviendo por debajo del umbral de la
pobreza, sino que tratan de ocultar y desviar la atención sobre
los brutales recortes del gasto público y social que los gobiernos
estatales, autonómicos y municipales todavía tienen que ejecutar en
España para cumplir con sus compromisos con Europa. La crisis, entendida
perversamente como la necesidad de hacer "ajustes" y "reformas", no ha
llegado a su fin sino que aún le queda lo peor.
La Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, llamada ley de "Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera",
que se incluye dentro de la reforma del artículo 135 de la Constitución
que ejecutaron PSOE-PP, establece que a partir de 2020 solo se admitirá
un déficit estructural del 0’4% del PIB para el Estado y las
Comunidades Autónomas siempre y cuando existan situaciones
extraordinarias que así lo justifiquen; en el caso de los Ayuntamientos
su déficit deberá ser del 0%. Según esta Ley Orgánica, así como
el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza que España firmó el
2 de marzo de 2012 junto al resto de miembros de la UE, la deuda
pública del Estado tampoco puede superar el 60% del PIB en el año 2020;
en esa fecha el déficit del Estado no puede superar el 3%. Todo esto
quiere decir que España debe recortar en los próximos seis años casi
400.000 millones de euros de su gasto público para cumplir con sus
compromisos legales y políticos con la Troika.
Aunque las élites nos
anuncien que la economía del país va a crecer en los próximos años, este
raquítico crecimiento no será ni mucho menos suficiente para reducir
ese déficit y esa deuda pública hasta los niveles exigidos sin que se
produzcan nuevos "recortes", y mucho menos si tenemos en cuenta que ese
supuesto incremento de los ingresos del Estado que se producirá gracias
al "crecimiento económico" deberá destinarse prioritariamente al pago de
la deuda a nuestros acreedores ("los mercados"), tal y como exige el
artículo 135 de la Constitución. Por si todo esto fuera poco, el Estado
español tendrá que devolver en los próximos cuatro años casi 500.000 millones de euros a los acreedores,
a los "mercados financieros". Casi la mitad de nuestro PIB. La deuda,
además de ilegítima y criminal, es imposible de pagar, salvo que las
clases dirigentes pretendan someter a la población directamente a la
hambruna y conviertan el país en un erial. Camino de ello vamos.
La "crisis" no sólo no se ha superado sino que los hechos, las cifras,
las leyes y los tratados a los que estamos sujetos evidencian que los
gobiernos neoliberales en España seguirán recortando el gasto público y
social y empobreciendo a las clases trabajadoras. Dentro de este marco
legal estatal y europeo, dentro del Euro y de la Europa neoliberal, no
hay salida de la crisis posible. Pero además, si observamos los
acontecimientos internacionales, los movimientos geopolíticos y
económicos globales, podemos concluir que caminamos directos al
abismo. No se ha hecho absolutamente nada para evitar que la "crisis
financiera" de 2008 se repita.
De hecho son mucho los analistas y economistas que están advirtiendo de la creación de nuevas burbujas financieras
que estallarán en cualquier momento. La Reserva Federal, el Banco
Central Europeo y demás Bancos centrales mundiales siguen
inyectando cantidades indecentes de dinero a la banca privada que lo
dedican a la especulación y no a una economía productiva y regulada. Es
la propia lógica irracional del sistema capitalista la que provoca las
crisis e impide las soluciones.
El gobierno de España y el resto de gurús neoliberales que difunden su
ideología económica a través de los grandes medios de desinformación
masiva, están apostando por un modelo de exportaciones que, - según nos
dicen - hará despegar a la economía española, tratando de imitar el
"modelo alemán" basado en la bajada de los salarios y la precariedad
laboral como fórmula para incrementar las exportaciones. Pero este
modelo económico basado en las exportaciones está agotado. El derrumbe del comercio mundial confirma este hecho y anuncia una nueva recesión económica. De hecho las exportaciones españolas se están desacelerando;
además éstas exportaciones se incrementaron en los últimos años y
nuestra economía siguió destruyendo empleo.
España va en la dirección
contraria a la que debería llevarse en este contexto económico mundial,
que debería ser el fortalecimiento de nuestra demanda interna y
el incremento de la cooperación comercial regional. Lejos de
esto, dinamitan el poder adquisitivo de las clases trabajadoras y se
negocia un Tratado de Libre Comercio entre EE.UU-UE que hundirá a
nuestras pequeñas industrias y provocará más desregulaciones
financieras, laborales, en materia de seguridad alimentaria, etc. Mayor
poder y beneficios para las grandes corporaciones y más pobreza para los
trabajadores, campesinos y pequeños comerciantes. Nuestros
hermanos mexicanos conocen muy bien los efectos de estos tratados de
libre comercio tras 20 años sufriendo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre EE.UU, Canadá y México.
Este tratado de libre comercio entre EE.UU-UE sólo trata de compensar y
contrarrestar la fuerte unión comercial entre Rusia y China,
intensificada en los últimos días con la firma de nuevos acuerdos
bilaterales. Este eje Rusia-China, principalmente, amenaza seriamente y
de forma ya muy visible la hegemonía política, económica y monetaria del
imperio yanqui. China ya es la primera potencia comercial del mundo y
se espera que pronto sea también la primera potencia económica. Está
previsto que el Dólar deje de ser la moneda de referencia para el comercio mundial en beneficio del Rublo y el Yuan.
Estados Unidos, tal y como lo conocemos, tiene los años contados
(algunos dicen que los meses).
Es en este contexto geopolítico y
económico mundial como se explica la intervención criminal de EE.UU y la
UE en Ucrania, colocando en el poder a la oligarquía y a los
neonazis ucranianos, y las posteriores sanciones contra Rusia (sanciones
que sólo perjudican a los intereses de occidente);
o su "golpe suave" y su guerra mediática y económica contra Venezuela;
o su apoyo a los terroristas y mercenarios en Siria; o antes en Sudán o
en Libia. Su interés no es el cumplimiento de los "Derechos Humanos", ni
la "democracia" o la "lucha contra el terrorismo". Estados Unidos
necesita con urgencia debilitar o eliminar a sus "enemigos" y explotar
los recursos naturales de estos países para intentar mantener con vida
una economía totalmente insostenible al borde del colapso y conservar su
hegemonía político-económica mundial.
Y en este nuevo orden mundial multipolar que ahora se está desarrollando
con mayor intensidad, España se encuentra del lado de los perdedores.
El Estado español carece de soberanía, en todos los sentidos de la
palabra. Estamos políticamente a las órdenes de Washington, Londres
y Berlín-Bruselas, y económicamente estamos a las órdenes de las grandes
corporaciones financieras y empresariales nacionales e internacionales.
Estamos a las órdenes de quienes no tienen ninguna otra fórmula para la
supervivencia del sistema capitalista y de sus propios privilegios que
iniciar guerras imperialistas y aplicar la doctrina del shock
contra los pueblos que pretenden ser soberanos.
Cuando estas economías
capitalistas occidentales colapsen, que será pronto, nosotros
colapsaremos con ellas. España no sólo no está "saliendo de la crisis"
sino que se dirige hacia el abismo de la mano de quienes pretenden
seguir dominando el mundo aunque sea a costa de acabar con la paz
mundial, la convivencia entre los pueblos y la propia humanidad.
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