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viernes, 18 de abril de 2014

Rufo, el perro de Oviedo * Era un perro vagabundo, pero con dueño. Su dueño era la ciudad de Oviedo.


Rufo en mani

Os voy a contar la historia de Rufo, al menos una parte de ella ya que son innumerables las historias y anécdotas que todavía hoy perduran en la memoria y el corazón de miles de ovetenses.


Rufo era perro vagabundo, pero con dueño. Su dueño era la ciudad de Oviedo, donde llegó a ser conocido y respetado hasta por las más altas instancias de la ciudad

Rufo era un cruce de mastín y pastor alemán que viva en Oviedo entre los años 80 y 90.



 Formaba parte del paisaje de la ciudad. 

  Si, aunque resulte contradictorio, Rufo vivía en la calle amparado, protegido y alimentado por todos los ovetenses. Era de todos y no era de nadie. Cariño y comida nunca le faltaron. Sabía muy bien como resguardarse del frio en invierno en los portales calientes de la ciudad.



El Ayuntamiento se encargaba de vacunarle, desparasitarle y darle un buen baño. Cuando se terminaba de “acicalar” era puesto nuevamente en libertad.




Rufo Oviedo


El Fontán, la Escandalera, el parque de San Francisco, la Plaza de la Catedral… era el hogar de Rufo, donde vivió casi siempre en libertad. Digo casi siempre porque en una ocasión, Rufo fue capturado y llevado a la perrera municipal. Fue tal el revuelo y el enfado de los ovetenses por su captura, que incluso se realizó una manifestación por las calles de la ciudad para exigir su puesta en libertad.



No había acontecimiento, reunión social, fiesta o ceremonia en la que Rufo no hiciera acto de presencia. Le daban de comer en el parque de San Francisco, iba al fútbol al viejo Carlos Tartiere, todavía hoy la gente lo recuerda a pie de valla viendo al Real Oviedo en su época más gloriosa, a la discoteca, peregrinó a Covadonga, fue fotografiado en el retrato oficial del primer Gobierno de Pedro de Silva en las escaleras de la Presidencia e incluso saludó al alcalde a la entrada del Campoamor, en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias


 Hay quien cuenta que se coló en el teatro Campoamor en dicha entrega, y el alcalde por aquel entonces Don Antonio Masip le dijo:


- “Rufo, creo que aquí no pintas nada”.


Y con la misma, Rufo dio media vuelta y se fue.




Rufo con alcalde




En 1988, Mª Pilar Díaz Cañedo plasmó en el papel un cuento que giraba en torno a ‘Rufo’. Años más tarde, Rafael García Sánchez, director del grupo de teatro Talía-Astur y esposo de María Pilar, utilizó ese relato como base para llevar al can Carbayón a la gran pantalla bajo el titulo de “Buscando a Rufo”.


Hoy día, somos muchos los que echamos de menos aquellos tiempos en los que Rufo nos hacia felices con su simple presencia y del que todos nos sentíamos orgullosos.


 Es por lo que pedimos al excelentísimo Ayuntamiento de Oviedo, mediante una recogida de firmas, que todas estas historias y anécdotas no caigan en el olvido. Que sea recordado como el fiel compañero de todos los ovetenses, que sigue perdurando en nuestros corazones y pensamientos, demostrando que fuimos y somos un ejemplo de sociedad civilizada donde los animales forman una parte muy importante de ella.



Es por esto que pedimos vuestra ayuda y vuestra firma, para que Rufo sea recordado siempre como lo que fue y lo que es para todos nosotros, nuestro fiel amigo, el perro de Oviedo.


 Podéis firmar la petición aquí. Gracias de corazón.


  Alejandro Labrador



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