Juan Carlos intermedió en los negocios de su yerno, según numerosos testigos |
Pocos episodios
tan significativos del reinado de Juan Carlos como el que protagonizó
en 2007 en Marbella junto a su “entrañable amiga” Corinna. Aunque el
visitante en suelo español era el príncipe Salman, hermano del fallecido
rey Fahd y gobernador de Riad, el Jefe de Estado no tuvo reparos en
desplazarse hasta su palacio en la localidad malagueña como si de otro
súbdito suyo se tratara. Y el motivo, a su juicio, lo merecía: un
“sablazo” de 110 millones de euros para el negocio de su yerno, Iñaki
Urdangarin. Para liberarse mentalmente de la humillación y sobrellevar
el mal trago, se hizo acompañar de Corinna, con quien disfrutó luego
inolvidables veladas de vino y rosas. La historia la cuenta Diego
Torres, socio de su yerno, en su libro “Urdangarin y la Copa América”,
publicado con pseudónimo en Canadá, cuyo contenido reproducimos
textualmente:
“Todo empezó en
junio de 2007 con la primera visita oficial del rey Abdulá bin
Abdulaziz Al Saud, Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas. Aunque una
vieja amistad había unido a don Juan Carlos con su padre, el fallecido
rey Fahd, ésta era la primera vez que se producía un acercamiento tan
claro a su sucesor. Como culminación de esa visita, el 18 de junio el
rey de España le concedió el Toisón de Oro al rey Abdulá, la mayor
distinción que don Juan Carlos puede otorgar a título personal. Sin
embargo, parece ser que las conversaciones sobre el patrocinio de Ayre
tuvieron lugar con el príncipe Salman, hermano del fallecido rey Fahd y
gobernador de Riad. Don Juan Carlos se desplazó sorpresivamente el 27 de
agosto, interrumpiendo sus vacaciones en el palacio de Marivent para
visitarlo en el palacio Al Riyadh que Salman posee en Marbella”,
recuerda Torres.
Y añade: “Lo
que pocos sabían en ese momento es que alguien más estaba ayudando al
rey a gestionar la relación con los saudíes. Nos referimos a Corinna zu
Sayn-Wittgenstein, que en esos momentos estaba negociando con Arabia
Saudí un importante contrato de venta de carros de combate. Además, el
19 de junio, un día después de la concesión del Toisón de Oro al rey
Abdulá, Corinna participó en la presentación del Fondo Hispano-Saudí de
Infraestructuras en el Palacio de El Pardo. Aunque sobre esto sólo
podemos especular, todo apunta a que Corinna también fue clave en el
logro de los 110 millones de euros de patrocinio para el proyecto de
Urdangarin”.
Corinna con el príncipe Alwaleed |
La aparición de
Corinna se introdujo con efectos perversos, pues la prensa rosa
suplantó y camufló el interés de las investigaciones judiciales sobre
Juan Carlos, según uno de los personajes que lo vivió: “Todo ello sólo
tuvo el efecto de desviar la atención sobre el significado real de todos
esos documentos. Tan sólo suscitó un cierto entusiasmo informativo la
especulación acerca de la celebración de una reunión de Urdangarin, en
el mismísimo palacio de La Zarzuela, con Francisco Camps y Rita Barberá,
que finalmente quedó perfectamente acreditada. Sin embargo, distraídos
por los enigmáticos comentarios de la princesa alemana, los medios
prestaron escaso interés a las gestiones del rey con Francisco Camps en
relación a Ayre, que ni Urdangarin podría negar ya que es él mismo quien
lo había puesto por escrito. Así mismo casi pasaron desapercibidos
los documentos que narraban las gestiones del rey con los presidentes de
Iberostar y del BBVA”.
“En esta misma
línea, parece que casi nadie se cuestionó cuál era ese tema tan
importante y urgente relacionado con el rey que Urdangarin quería
explicarle a Torres nada más acabar la recepción del Día de la
Hispanidad. De ese modo las gestiones de don Juan Carlos y Corinna con
ciertas casas reales de Oriente Medio pasaron totalmente desapercibidas,
y se corrió un tupido velo sobre la consecución de 110 millones de
euros de patrocinio y sobre la presidencia de honor del proyecto por
parte del príncipe Felipe”, añade el socio de Urdangarin en tercera
persona.
La “operación Copa América”, sin embargo, se torció. En manos de quienes
la pilotaban no era de extrañar. Y no pudieron alzar el trofeo,
seguramente por vender el colmillo del elefante antes de cazarlo. Así lo
cuenta Torres: “Dada la magnitud de la operación y la importancia
estratégica del patrocinador, Urdangarin solicitó, suponemos que
siguiendo instrucciones del rey, la máxima discreción al respecto hasta
que no se firmara la operación. El propio Perelló fue informado muy
someramente, en espera de cerrar todos los flecos. Lamentablemente todo
se torció, pero por motivos ajenos al proyecto Ayre. Elequipo Alinghi se
enzarzó en una lucha legal con el BMW-Oracle que acabó con la
celebración de la XXXIII edición de la copa en la ciudad de Valencia.
Con la desaparición del evento el equipo Ayre carecía de sentido y el
patrocinio logrado por el rey nunca se materializó”.
“Sin embargo,
independientemente del final de la Copa América en suelo español, hay un
hecho fundamental que no puede ser pasado por alto. Don Juan Carlos
logró reunir 110 millones de euros en patrocinio para el proyecto en el
que estaba involucrado Iñaki Urdangarin. Y lo hizo por iniciativa
propia, con una proactividad que sorprendió incluso a los más allegados.
Nada más lejos de la famosa declaración leída por el yerno del rey
acerca de que la casa real ni conocía, ni autorizaba, ni avalaba las
actividades económicas de Iñaki Urdangarin”, concluye Torres.
Fuente: Un Espía en el Congreso
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