A veces, las comparaciones no son odiosas, sino todo lo contrario. En esta sociedad acribillada por la información y en la que las noticias se funden en pocas horas, es muy saludable comparar las respuestas que los estamentos judiciales dan a situaciones muy similares.
Hace unos meses, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, denunció a una persona que le había insultado a través de las redes sociales, y que finalmente fue condenada por ello. Este lunes se ha celebrado el juicio contra Cifuentes por haber llamado proetarra a Ada Colau cuando era portavoz de la PAH. Es la casta que anida en las cloacas de la Justicia, donde la Fiscalía del Estado es una herramienta al servicio del partido que gobierna, especialmente si es el PP.
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