El «monstruo», que es así como se refieren a él
los menores que lo vieron, ronda los 35 años, es moreno, calvo, de
estatura mediana, muy delgado y lleva una bandolera. Con ese aspecto
intentó raptar a una niña el pasado viernes sobre las nueve de la noche
tras seguirla y subirse con ella al bus de A Zapateira. Sentado junto a
ella, intentó ganar su confianza durante el trayecto y la cría, de unos
14 años, se quedó paralizada. Ni gritó ni pidió ayuda al conductor o a
otro pasajero que también iba en el autocar. Ni cuando subieron en una
parada unos amigos fue capaz de dirigirse a ellos para pedir ayuda.
Continuó junto a aquel hombre hasta que uno de los menores escuchó como
el individuo le preguntaba a la cría al oído si le tenía miedo. Aquella
frase encendió la alarma de la sospecha entre aquellos niños. Uno de
ellos le mandó a la menor un mensaje al móvil preguntando si estaba
bien, si le pasaba algo. Ella pudo responderle que no. Entonces los
amigos se levantaron y le dijeron a la niña que se sentara con ellos,
cosa que hizo. Inmediatamente, el pederasta pidió al conductor bajarse
del bus en la siguiente parada y lo hizo a la altura de la Universidad,
en la avenida de Nueva York, en tierra de nadie.
Entonces la cría lo contó todo. Explicó que ya la
había seguido por la calle y se situó junto a ella en la parada de la
plaza de Pontevedra en espera del bus. Ahí tuvo su primer acercamiento y
allí ya la niña se quedó paralizada, sin saber qué hacer ni qué decir.
Se subieron juntos al bus y pese a que estaba prácticamente vacío, el
individuo se sentó junto a ella y comenzó a hablarle al oído, a ganarse
una confianza que nunca se ganó.
Nunca se sabrá qué habría ocurrido cuando la niña
bajara del bus en su parada. Tampoco se sabe nada desde entonces de ese
hombre. Cuando la policía acudió a la zona del campus de A Zapateira
para hacer una batida en busca del supuesto pederasta, ya no encontró a
nadie. Pero los agentes tienen su retrato robot, el que les aportó la
cría, que al llegar a casa se lo contó a los padres y estos llamaron al
091.
Fuentes policiales piden colaboración ciudadana
para apresar a ese hombre y recuerdan a los menores que en situaciones
como las que vivió esa niña lo que hay que hacer es gritar con todas las
fuerzas, huir y pedir ayuda a cualquier persona.
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