Este viernes, casi dos mil ciclistas tomaron Zaragoza en respuesta a la
guerra desatada contra el uso de la bicicleta en la ciudad por parte de
sectores de la derecha. Este fin de semana, el movimiento feminista ha
salido a calles y plazas de varias ciudades para celebrar la
paralización de la reforma del aborto de Gallardón y mostrar que no van a
seguir exigiendo sus derechos como mujeres. Hace más de un siglo, la
bicicleta fue una de las herramientas que las feministas emplearon para
su liberación, algo que el garrulismo imperante intentó evitar con
medios a veces esperpénticos, como la enfermedad que llamaron 'cara de
bicicleta'.
Labios demacrados, ojeras, ojos saltones, mandíbula apretada, rostro de cansancio... Esos eran los síntomas de un mal que acechaba a la sociedad europea a finales del siglo XIX:. Lo llamaron 'cara de bicicleta', una rara enfermedad que podía afectar a quienes fueran en bicicleta, especialmente si eran mujeres.
Todo fue un invento un invento de médicos conservadores de la época para evitar que las mujeres se subieran a la bici, una herramienta que el movimiento feminista utilizó en su lucha contra el patriarcado. La bicicleta permitía a la mujer moverse con mayor libertad por la ciudad y, a la vez, cambiaba los corsés y faldas hasta los pies por pantalones bombachos para poder darle a los pedales.
La líder del movimiento feminista Susan B. Anthoy afirmaba en una entrevista en 1896 en el New York World que la bicicleta había hecho por la emancipación de la mujer más que ninguna otra cosa en el mundo. "Para los hombres, la bicicleta en sus comienzos era un mero juguete, pero para las mujeres se traba de un corcel con el que poder cabalgar hacia un nuevo mundo", decía.
El movimiento machirulo no tardó en reaccionar y, entre otras lindezas, algunos médicos empezaron a divulgar los peligros que podía tener la bici en unos cuerpos tan delicados como el de las mujeres. Entre otras barbaridades, se inventaron que la zona más afectada era la cara, con una enfermedad que denominaron 'cara de bicicleta'.
"La postura sobre la bici, el esfuerzo inconsciente de mantener el equilibrio y el sobreesfuerzo físico tienden a producir 'cara de bicicleta'. Un rostro normalmente enrojecido, pero a veces pálido, a menudo con labios más o menos demacrados, un comienzo de ojeras oscuras y una expresión cansada", se podía leer en el Literary Digest en 1895.
Pero no quedaba ahí la cosa. La bicicleta causaba también en las mujeres cansancio, insomnio, palpitaciones, dolores de cabeza, depresión... Incluso las atrevidas damas se exponían a la tuberculosis y podían sufrir un incremento de la libido, lo que las llevaría al desenfreno sexual.
Algunos médicos aseguraban que la 'cara de bicicleta' era una enfermedad permanente que las mujeres que la habían cogido ya no se podrían liberar de ella en toda su vida, mientras otros defendían que los síntomas desaparecían tras un tiempo sin darle a los pedales.
Este sábado, en la Plaza de España de Zaragoza |
Manifestación en Madride este domingo, con más de 3.000 personas |
Este viernes, en la Plaza de España de Zaragoza |
Este viernes, en la Plaza de España de Zaragoza |
Este viernes, en la Plaza de España de Zaragoza |
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