"La Verdad se defiende sola, mientras la mentira necesita del apoyo de los poderes establecidos"
Thomas Jefferson
"Podemos" está de moda, lo mismo que
su líder, Pablo Iglesias, hasta el punto de haberse erigido en
protagonistas de todo tipo de debates en los medios generalistas, así
como en el foco
de atención del desencanto generalizado de la ciudadanía.
La fuerza con la que el marketing de
la élite ha apostado por "Podemos", su nueva creación, no es sino una
demostración más de como el Sistema no duda en reinventarse a sí mismo
ante el agotamiento de las estructuras tradicionales de que se han
valido en los últimos tiempos, creando una forma novedosa llena de
juventud, atrevimiento y desenfado.
El tiempo está demostrando, tal y como
ya se publicó en este blog, que el Movimiento 15 M, cuyo espíritu
afirman haberles inspirado, no fue sino un experimento de ingeniería
social orquestado para pulsar el grado de descontento de la calle, como
paso previo al "derribo" de la actual nomenclatura política hasta
sustituirla por otra que asegure un cambio, aparentemente radical, pero
en modo alguno real.
De esta manera, ante el progresivo e
ilimitado ataque contra los derecho sociales y la dignidad del
individuo, parece haber llegado el momento de encauzar esa emergente
"disidencia", fabricando ese líder del que el 15 M careció, y cuya
presentación "en familia" tuvo lugar, en los medios de desinformación
generalistas, varios meses antes de celebrarse las elecciones al
Parlamento Europeo en la primavera de 2014, que supusieron la irrupción
pública de "Podemos2 en la vida política del país, aunque ya algunos
viniéramos siguiendo las evoluciones de su "fabricación" a través de su
medio alternativo "La Tuerka".
Sobre su carismático líder Pablo
Iglesias, hemos oído de todo, un personaje de verbo fácil y atrevido
espoleado por la ineptitud e incapacidad y servilismo de la práctica
totalidad de los medios de sus contertulios mediáticos que lo único que
hacen es contribuir a aportarle más seguidores, ha cautivado, no sólo
ya a los supuestos radicales de turno, sino también a amplios sectores
de las más variadas capas sociales, incluido el potencial electorado
del centro (lo mismo que hizo Felipe González en 1982), por cierto, su
objetivo principal, de cara a los próximos procesos electorales que me
atrevo a vaticinar llevarán a "Podemos" al Poder en un plazo no
superior a cinco años, dejando muy claro mi respeto más sincero para
cuántos trabajan desde lo mejor de sí mismos por este proyecto creyendo
de buena fe que es el mejor.
Sin embargo, como ya publiqué en su
momento en este mismo blog, el paralelismo existente entre el señor
Iglesias y el señor X del caso GAL es tan evidente, que la sospecha de
que los dos hayan sido "fabricados" con el mismo molde supuestamente
transformador de la sociedad, parece más claro que el mismísimo Sol.
El señor Pablo Iglesias ha enganchado
con su discurso populista y hablando de asambleísmo a amplios sectores
sociales (especialmente de la juventud y de la izquierda burguesa como
son el PSOE e IU), cuando lo que parece cierto es que, dejando aparte
algunas grandes operaciones de marketing sociológico como la votación
abierta sobre los documentos fundacionales de "Podemos", ni el
personalismo de Pablo ni su Politburó son asambleístas sencillamente
porque no creen en la democracia asamblearia al abogar y defender el
fraude de la representativa, como por otra parte no podía ser menos
tratándose de alumnos aventajados de esa descarada maquinaria de
adoctrinamiento en la que se ha convertido la Universidad española.
De un discurso directo con apuestas
ciertamente "provocadoras", los trenes de aterrizaje de "Podemos"
parecen haberse activado, modificando, cuando no retractándose, de
algunas de sus propuestas "estrella" como el impago de la deuda (pago
imposible, por cierto, que no les he oído denunciar), la cual, pudiendo
ser parcialmente legítima es en su totalidad inmoral, optando ahora
por su reestructuración y auditoría para que sean las clases populares
las que sigan soportando su ignominioso peso.
Ustedes apuestan por un sistema
electoral que es un fraude en sí mismo y por una democracia
parlamentaria, en forma de Monarquía o de República, que es el
antagonismo natural de la democracia asamblearia, aunque admito que me
ha gustado el sistema de votación interno para votar los documentos
programáticos más allá de las maniobras internas modificando a última
hora el reglamento para hacerlo, algo que huele bastante mal a una clara
concentración del poder.
Nunca parecen referirse a qué es lo
que piensan hacer con el Ejército y con los aparatos represivos de un
Estado, en especial los antidisturbios, Estado que pretenden
robustecer, olvidando que esta forma de organización política
constituye la antítesis natural dela libertad del individuo en la que
ellos, o mucho me equivoco, no parecen creer en absoluto, de la misma
manera que abogan por potenciar la escuela pública como fórmula de
control y adoctrinamiento de las mentes de los más pequeños desde su
más tierna edad.
Tampoco la Ética parece ser una de las
columnas vertebrales de su programa fundacional (al menos de ninguno
de sus 4 documentos fundamentales), cuando es lo cierto que, sin un
cambio sustantivo en las convicciones y en la escala de valores de los
individuos que conforman la sociedad, no habrá transformación alguna,
sino meros maquillajes cosméticos que nada tienen de radicales, de
antisistema ni de revolucionarios.
Finalmente sería muy interesante que
nos parásemos a reflexionar sobre por qué mágico motivo el señor Pablo
Iglesias y "Podemos" (al igual que ya sucediera con el 15 M), se
convirtieron en los invitados "estrella" de todos los medios de
desinformación generalistas, precisamente cuando es de todos sabido que
nada de cuánto aparece en la pequeña pantalla es posible visualizarlo
sino después de haber sido filtrado por la misma oligarquía
controladora que mantiene la dictadura parlamentaria de los partidos
políticos por ella creados y consentidos.
Los cantos de sirena son hermosos,
ciertamente, pero no son reales y están, por lo tanto, envenenados;
cuidado con las promesas fáciles, cuando no demagógicas del señor
Iglesias pues son semejantes al Felipe González con camisa de mangas y
arremangado que a tantos, incluido a mí, engañó en 1982 y, por lo
tanto, cuidado con esas esperanzas fatuas integradas en híbridos
políticos que representan el clavo ardiendo al que muchos se aferran
convencidos de que es lo mejor que tenemos y la única esperanza de
futuro, pues ellos lo saben muy bien.
Por lo tanto, porque ni "Podemos" ni
Pablo Iglesias (que en buena parte son lo mismo), creen, aunque pudiera
parecerlo, en la democracia directa y asamblearia; porque abogan por u
Estado más fuerte cuando es la antítesis natural de la libertad del
individuo; porque propugnan un continuismo garantista del status quo y
porque su programa avala un Sistema corroído hasta la médula con meras
apariencias novedosas y porque la palabra Revolución está fuera de su
vocabulario, No puedo confiar en "Podemos" y menos en el personalismo
de un Pablo Iglesias cuya coleta recogida no garantiza que, en el
fondo, pudiera preferir una levita o la más suave de las corbatas de
seda.
Por todo ello, no puedo fiarme de "Podemos"
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