Todos a una. Hartos de la pasividad de la Justicia, decidieron tomársela por su mano.
«Yo voy al quinto piso».
Esa fue la 'tapadera' tras la que se ocultó un presunto agresor sexual.
Su víctima, una adolescente de 15 años. El escenario, un ascensor de
una finca del valenciano barrio de Benicalap. El desenlace, un intento de agresión sexual sobre la menor y el sospechoso a punto de ser linchado por un grupo de vecinos que lo rodeó en la vía pública. Sólo la rápida actuación de agentes de la Policía Local de Benicalap, que apresaron al individuo, evitó que la cosa fuera a mayores.
Los hechos, según publica Las Provincias,
sucedieron alrededor de las 22 horas del domingo, cuando la menor se
dirigía a su domicilio. El ahora arrestado, identificado como A. G -de nacionalidad argentina y 28 años de edad-, la siguió durante un buen trecho por la acera, tal y como declaró la propia víctima.
Cuando la joven abrió la puerta del
patio de su finca, el individuo también entró en el edificio y se detuvo
ante la puerta del ascensor. Allí le soltó la excusa: «Voy al quinto piso». Una vez dentro cambió su actitud y comenzó expresarse de forma obscena, al tiempo que comenzó a masturbarse y a toquetear a la adolescente,
que intentó zafarse oponiendo gran resistencia y forcejeando con el
supuesto agresor.
Cuando el ascensor se paró en el rellano de la joven,
esta aprovechó para huir a gritos.
La alarma saltó en la vivienda de la
menor. Su padre y varios vecinos salieron de las viviendas y comenzaron a
registrar la finca en busca del agresor, al tiempo que avisaron a la
policía. Al no dar con el sujeto en el edificio, la búsqueda vecinal
continuó en las calles.
Una patrulla del retén de la Policía Local de Benicalap
acudió al instante al lugar e inició batidas por la zona. En apenas
unos minutos, los agentes dieron con un hombre en la calle San José
Artesano que coincidía con las características físicas y de indumentaria
del sospechoso. El hombre estaba rodeado por una docena de personas visiblemente exaltadas que amenazaban con lincharlo al grito de «¡violador!».
Los
dos policías actuaron con velocidad para evitar que se consumara la
amenaza de los vecinos, sacaron al individuo del círculo y lo
introdujeron en el coche patrulla acusado de abusos sexuales y exhibicionismo a menores.
El hombre quedó en el cuartel de Zapadores a la espera de declarar ante el juez.
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