¡Matilde, Matilde, que he comprado telefónicas!
Qué tiempos aquellos del
eslogan que titulariza esta entrada... Entonces Telefónica tenía más de
60.000 trabajadores en plantilla (llegó a superar los 70.000), eso sin
contar los de las empresas auxiliares. Hoy apenas supera los 20.000 y
decreciendo. Su plan es quedarse con 10.000 en todo el país, y si no se
le opone resistencia por los medios que sean, lo conseguirá.
Contratos de dos horas
que se convierten en diez, pero no sobre el papel. Trabajadores y
autónomos que ponen sus coches, herramientas, ordenadores y teléfonos
para hacer su trabajo. Salarios de apenas mil euros, a los que muchos
tienen que descontar impuestos y Seguridad Social. Miles de trabajadores
de contratas y subcontratas de Telefónica –muchos, autónomos– mantienen
una huelga indefinida para protestar por sus condiciones laborales y
pedir la derogación del convenio marco que la multinacional acaba de
renovar y que abarata el precio de los servicios que prestan estas
empresas externas.
Telefónica lleva años
subcontratando buena parte del trabajo de instalación y mantenimiento de
líneas. Sus contratas son diez grandes empresas, entre las que se
encuentran, por ejemplo, Cobra (filial de ACS), Elecnor, Cotronic o
Dominion. Estas, a su vez, subcontratan muchos servicios a empresas que
acaban recurriendo a otras o bien directamente a autónomos.
En esta maraña de
subcontrataciones, las condiciones laborales se resienten. "Todo es
precario y hay una gran falta de legalidad. Es alucinante que una
empresa como Telefónica, con los beneficios que tiene, haga y permita
esto", dice Isabel Rodríguez, secretaria general de Alternativa Sindical
de Trabajadores (AST), la central que amparó las primeras
concentraciones y convocó la primera huelga, que se celebró en Madrid.
Desde esa primera
jornada, el 28 de marzo, los trabajadores se declararon en huelga
indefinida, y fue el 7 de abril cuando se sumaron las plantillas de todo
el país. Este miércoles, CCOO y UGT, que cuestionaron la forma en la
que AST convocó los paros, han anunciado huelga durante seis días de
este mes.
Lo que ha colmado la
paciencia de los trabajadores es la reciente renovación del convenio
marco que fija las condiciones bajo las que las contratas prestan sus
servicios a Telefónica, el llamado 'Contrato de Bucle'. Esta renovación
por tres años incluye una rebaja de los baremos con los que se
retribuyen los servicios: todos los trabajadores –autónomos y
contratados– cobran en función del número y el tipo de instalaciones o
servicios que presten. "Las contratas y subcontratas repercuten esta
bajada a sus trabajadores. Telefónica delega totalmente en ellas, pero
el núcleo del problema es ella", asegura Carlos Henao, miembro del
comité de huelga.
Según este trabajador,
el 90% de los empleados que prestan estos servicios no llegan a cobrar
mil euros al mes, una cifra que bajaría aún más al aplicar el nuevo
contrato. "La situación va a ser aún peor. La cantidad de instalaciones
que vamos a tener que hacer al mes para ganar mil euros es muchísima. En
nuestros contratos ponen que trabajamos dos o cuatro horas pero hacemos
jornadas que las triplican, muchas veces hasta altas horas de la
noche", explica Henao, que va más allá y asegura que la precariedad se
agrava porque son ellos los que ponen al servicio de las empresas todo
el material: "No solo tenemos que tener el conocimiento, también poner
los medios: el coche, el ordenador, un teléfono, herramientas... A lo
que ganamos hay que quitarle nuestra factura de teléfono o los tiques de
aparcamiento".
El diario.es
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