Todas
las calles se inundan en este mayo de carteles electorales, de promesas de todo
tipo, algunas que rozan el surrealismo, caras sonrientes, tipos y tipas bien
vestidas, pelos repeinados, promesas de empleo, de mejora de la desvencijada
situación económica, todo un teatro montado por el sistema, donde las propuestas
de verdad transformadoras se quedan aisladas, apartadas de los espacios del
poder, donde los de siempre se han repartido el pastel de los votos que
destruyen vidas, asesinando el futuro, robando el patrimonio público,
convirtiendo España en un erial de miseria y hambre, ese espacio para una
minoría depredadora y corrupta que se enriquece a costa de la generación de una
situación social insostenible, un estado fallido, podrido, en manos de
sinvergüenzas sin escrúpulos ahora de nuevo candidatos a las instituciones
locales y autonómicas.
La
manipulación del régimen es sistemática, incluso llegando a crear desde su
vergonzosa falsimedia nuevos y paradigmáticos líderes efímeros, personajes y fuerzas
políticas sin una clara definición, ni de derechas ni de izquierdas, ni rojos
ni azules, ni chicha ni limoná, según afirman sus voceros y despectivos
tertulianos. El necesario recambio cuando al sistema se le acaba el cuento de
sus robos constantes, cuando se hace demasiado evidente que los que han
gobernado o gobiernan son unos ladrones, unos terroristas económicos, que
conducen a millones de personas a una situación de extremo empobrecimiento, de
suicidios diarios, de hambre infantil, de cientos de desahucios cada día, de
represión policial, de encarcelamiento de personas por defender los derechos civiles,
sociales y laborales.
El
show comienza, las sondeocracia va colocando a los suyos en los puestos que dan
las seguras victorias, todo tipo de corruptos y corruptas con posibilidad de
volver a ganar las elecciones, gentuza con las manos impregnadas de dinero del
pueblo, de todo tipo de tramas “púnicas”, “Gürtels”, “tarjetas blacks” “pequeños
nicolases” “preferentes” y un largo de etcétera de pelotazos, de saqueos gestionados
por mafias organizadas afiliadas a varios partidos políticos del putrefacto
régimen.
Esperpentos
humanos que todo el mundo sabe que han robado a manos llenas, que han
despilfarrado las arcas públicas, condenando a millones de personas a la
exclusión social y la miseria. Candidatos y candidatas que posiblemente en
muchos casos vuelvan a estar cuatro años más en el poder, inventando nuevas
formas de robar, de llenarse los bolsillos, de reventar sus millonarias cuentas
corrientes en paraísos fiscales donde la delincuencia financiera guarda su
dinero.
La marca España busca comida en la basura para no morir de hambre
Este
estilo vergonzoso de hacer política es extrapolable a cualquier punto del
estado español, el mismo que ha montado aeropuertos sin aviones, autopistas sin
coches, palacios de congresos abandonados que se caen a pedazos…, donde lo que
importa es el dinero fácil, los sobres, el beneficio exclusivo de millonarios
amigos de los políticos, de empresas donantes siempre a cambio de trapicheos y
mamonadas, para que los mismos de siempre sigan haciéndose cada vez más ricos.
Se
hace difícil imaginar que estos comicios del 24 de mayo sean el momento del
voto consciente emitido por personas honradas, que se acabe el voto de la
ignorancia, de la mafia, de la muerte, el voto de la corrupción para mantener a
delincuentes en el poder.
Muchas
personas de bien seguimos, seguiremos sin perder la esperanza, la fe en que de
una vez por todas se aprenda a identificar el voto por la gente decente, el voto por los
malhechores.
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