Por Italia y España, a través del Mediterráneo, o cruzando el Eurotúnel desde Calais camino de Reino Unido, o atravesando Macedonia para llegar al paraíso de Alemania... Las fronteras de Europa se inundan de desesperados en busca de una oportunidad, y sus dirigentes siguen respondiendo con muros, perros adiestrados, porras y gases lacrimógenos. Son gentes que huyen de la muerte, pero la rica Europa los trata como criminales, saltándose todos los derechos de asilo que les dan las leyes internacionales.
Miles de refugiados han cruzado en las últimas horas la frontera entre Macedonia y Serbia rumbo a Europa occidental. Después de que alrededor de 4.000 personas consiguieran pasar desde Grecia a Macedonia la tensión en esa zona se ha reducido, con el paso de al menos 8.000 desplazados por la guerra de Siria camino de Hungría y Alemania.
La frontera entre Grecia y Macedonia se ha convertido en un punto de conflicto ante la oleada de inmigrantes que esperan cruzarla para seguir sus caminos con dirección al centro y norte de Europa. Este sábado, miles de solicitantes de asilo consiguieron romper el cordón de seguridad e ingresar a Macedonia, pese a los esfuerzos de la policía por impedirlo.
La presión que han desencadenado los casi 3.000 indocumentados, en su mayoría refugiados, que esperaban en Gevgelija llevó al Gobierno a reabrir la frontera el viernes, bloqueada desde el miércoles, y permitir el paso gradual. Este mismo sábado, se ha permitido el ingreso a cuentagotas e incluso dos trenes han salido desde Gevgelija, muy cerca del límite con Grecia, con destino a la región fronteriza con Serbia.
Pese a ello, la tensión en la estación no ha disminuido y nuevamente este sábado la policía cargó con bombas aturdidoras contra los refugiados, que lograron sobrepasar el cordón de seguridad y entrar en Macedonia. Muchos de ellos llevan días sobreviviendo en los alrededores de la estación, que se ha convertido en un campamento improvisado.
Desde Macedonia, los refugiados pretenden llegar a Serbia y, de allí, a Hungría, que limita con Austria, vecina de la ansiada Alemania. Macedonia declaró el estado de emergencia en la zona de frontera con Serbia y Grecia. Además bloqueó el paso a una de las principales rutas, argumentando que de esta manera puede gestionar mejor la gran afluencia de refugiados, la mayoría de ellos proveniente de Siria, e incrementar la seguridad en la zona fronteriza.
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