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martes, 6 de octubre de 2015

Estiércol, bombas y secuestros: la violencia es habitual en las protestas laborales en Francia



Son pocos, pero violentos y a menudo efectivos. Tan solo el 8% de los trabajadores franceses pertenece a un sindicato, uno de los niveles más bajos de todo el mundo desarrollado. En EEUU, por ejemplo, el 11% lo es.


Sin embargo, ningún país se acerca al tipo de acciones que realizan en Francia: bombas, secuestros o, como en el caso de ayer en Air France, amenazas de linchamiento a los directivos. Y muchas veces obtienen buenos resultados para sus intereses. Estas son algunas de las más ilustrativas.

Volquetes de mierda

Este verano, los granjeros protestaron por los bajos precios de la carne, la leche y otros productos. El pasado 2 de julio, los manifestantes no dudaron en volcar kilos de excrementos porcinos en edificios oficiales y pilas de estiércol, neumáticos y otros residuos enfrente de supermercados y bancos. Cortaron calles y prendieron muchas de esas pilas. Y lograron su objetivo: el gobierno les prometió 1.100 millones de euros en ayudas.




Un coche volcado en las protestas de los taxistas en París. Reuters

 

A batazos con Uber

El servicio de taxis sin licencia ha sido objeto de protestas en toda Europa. Pero en ningún sitio con la violencia de Francia. El pasado 25 de junio, los taxistas bloquearon todos los accesos a los aeropuertos de París y apedrearon algunos coches de Uber con piedras y bates de metal.


La cantante Courtney Love, que iba en uno de los coches, compartió su experiencia en Twitter: "Estoy más segura en Bagdad". Dos taxistas fueron arrestados, pero el gran perdedor fue Uber. La compañía suspendió su servicio en Francia y el gobierno ha imputado a dos de sus directivos por fraude.

Bloqueo del Canal de la Mancha

 

El 23 de junio, las protestas de los trabajadores del ferry bloquearon en el acceso al túnel del Canal de la Mancha quemando ruedas y escombros que habían apilado cerca de Calais. Las protestas venían por la decisión de vender un servicio de ferrys, propiedad del operador del túnel (Eurotunnel) que habrían implicado 500 despidos.




Colapso en Calais en la entrada del túnel. Reuters
Tras sucesivas protestas que cortaron y dificultaron el tráfico tanto de personas como de mercancías este verano, los sindicatos consiguieron un acuerdo en septiembre que permitió salvar más de 400 empleos.


Secuestro del jefe

 

En enero de 2014, dos directivos de una fábrica de neumáticos de Goodyear en Amiens fueron secuestrados durante dos días en protesta por el cierre de la planta. No fue un caso aislado: la táctica ha demostrado ser efectivo, y en muchos casos los trabajadores han logrado mejoras en las indemnizaciones por despido, por ejemplo en el caso de Caterpillar y 3M. En este último caso, al menos el directivo secuestrado comió bien: sus captores le dieron mejillones y patatas fritas.


Amenaza de bomba

 

Quizá la actuación más bestia fue en julio de 2009. Los trabajadores de la fábrica de New Fabris, una empresa en bancarrota de componentes para automóvil, amenazaron con volar por los aires la planta a menos que los principales cliente de su empresa, Renault y Citröen, les pagara 30.000 euros por cabeza por el equipamiento y la maquinaria restante.



Una semana después, retiraron las bombas que habían colocado y acabaron aceptando una indemnización de 18.000 euros.


 http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/7052046/10/15/Estiercol-bombas-y-secuestros-las-violentas-protestas-sindicales-en-Francia-son-efectivas.html#.Kku8jrG30ScfESt




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