La presidenta del PP de Madrid cuestiona que el franquismo fuera
"impuesto por la fuerza a todos los españoles" y tacha de "Inquisición" a
la comisión que revisaría los nombres de calles franquistas en la
capital.
A Esperanza Aguirre no le ha
gustado nada que el PSOE haya propuesta acabar ya con los nombres
franquistas de algunas calles de Madrid y que el gobierno municipal esté dispuesto a aprobarlo en un próximo pleno.
Cree que buscan reescribir el pasado, así que, ni corta ni perezosa, se
ha propuesto desvelar la verdadera historia del Franquismo y sus
orígenes.
“Los socialistas de hoy
pretenden explicar la Guerra Civil como una guerra entre los buenos y
los malos, en la que los buenos fueron muy buenos y los malos fueron muy
malos, y, además, ganaron”, critica Aguirre en un artículo de opinión
que firma este lunes en El Confidencial.
Y añade: “Esta explicación de la Guerra Civil implica dos
consecuencias: que la II República fue un régimen idílico, y que el
Franquismo fue impuesto por la fuerza a todos los españoles”.
La presidenta del PP de
Madrid elogia a los políticos de la Transición, quienes “sabían que el
Franquismo había sido un régimen dictatorial pero que la oposición
antifranquista había sido mucho más escasa de lo que estos nietos y
bisnietos pregonan”. También lamenta la “ridiculez” de que la propuesta
de revisión de nombres “pretende montar una Inquisición que los vaya
revisando uno a uno para dictaminar si el titular de la calle fue más o
menos antifranquista o más o menos demócrata”.
Para Aguirre, “lo que
subyace detrás de todos estos intentos y maniobras de sacar a pasear el
fantasma del Franquismo” son “intentos de cambiar el resultado de la
Guerra Civil”. Aquí está ella para contarnos cuál fue el resultado real
(o eso dice).
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