Sería
conveniente para una mejor salud de nuestras sociedades que en lugar de
hacer el ridículo más espantoso colocando la bandera de Bélgica
(anteriormente fue la de Francia) en nuestros perfiles de las redes
sociales o de que repitamos como obedientes borregos el eslogan "todos
somos Bruselas", los ciudadanos occidentales tratáramos de informarnos
mucho mejor sobre el verdadero origen de estos actos terroristas
sucedidos en Europa y de la trayectoria de sus crueles ejecutores, para
evitar así que los cómplices occidentales de estos terroristas
yihadistas (que en Siria son definidos como "rebeldes") y sus aparatos
de propaganda manipulen nuestros sentimientos en favor de sus intereses
geopolíticos y económicos.
Los gobiernos
europeos no pueden mirar para otro lado. En lugar de esconderse bajo ese
falso manto de lágrimas y de imponer más recortes de libertades y de
derechos a los ciudadanos, deberían darnos muchas más explicaciones y
asumir sus responsabilidades políticas y penales por tanta sangre
derramada.
Los terroristas
que atentaron el 13 de noviembre de 2015 en París y que ahora han
repetido sus acciones en Bruselas son bien conocidos por los servicios
secretos occidentales. Salah Abdeslam, detenido el pasado viernes 18 de
marzo en Molenbeek, así como el resto de terroristas que atentaron en
París y Bruselas, como Najim Laachraoui o Mohamed Abrini, habían sido
arrestados incluso encarcelados en varias ocasiones anteriores por
cometer diferentes delitos. De hecho un mes antes de que se produjeran
los atentados de París el 13N de 2015, los servicios de seguridad belgas
pusieron en conocimiento de las autoridades francesas una lista con más
de 80 nombres de presuntos yihadistas que residían en el barrio belga
de Molenbeek - incluidos los hermanos Brahim y Salah Abdeslam -
alertando de que podrían estar planeando cometer diversos atentados en
Francia [1].
Pero quizás lo
más destacable de su pasado es que la mayoría de ellos viajaron a Siria
en los últimos años para luchar en las filas del llamado Estado Islámico
y de Al Qaeda para derrocar al gobierno de Bashar al-Assad [2]. Este
currículum, lejos de ser motivo suficiente para cerrarles las puertas de
entrada a Europa, parece que les sirvió para que fueran recibidos con
la alfombra roja. No en vano estos gobiernos europeos que forman parte
de la OTAN apoyan a estos terroristas en Siria, siguiendo las órdenes
de EE.UU. que tiene una larga experiencia en crear y apoyar a "escuadrones de la muerte" para
derrocar gobiernos y reprimir a sus poblaciones (Afganistán, países de
Europa del Este, Latinoamérica... o más recientemente en Libia) [3]. Los
que atentaron en Bruselas son sus "rebeldes sirios", sus "luchadores
por la libertad" en Oriente Medio y norte de África.
La propia Europa sufrió en sus carnes estos métodos criminales utilizados por EE.UU. para derrocar o impedir que lleguen al gobierno aquellas fuerzas políticas que pueden poner en peligro su hegemonía y dominio global. En esto consistió la red Gladio puesta en marcha por EE.UU. a partir de los años 70 apoyándose en grupos terroristas de corte neonazi que llevaron a cabo múltiples actos terroristas de bandera falsa en distintos países europeos, y que eran posteriormente atribuidos a las organizaciones de izquierdas para impedir que partidos comunistas o socialistas llegaran al poder en Europa. La propia Bélgica, Alemania, Italia, España, Portugal, Grecia, Dinamarca, Noruega, etc. son algunos de los países donde EE.UU. aplicó el terror para alcanzar sus objetivos geopolíticos y económicos.
Algunos especialistas como el historiador
suizo Daniele Ganser* han escrito detalladamente sobre este tema [4].
Jamás hemos escuchado por parte de los gobiernos y medios de
comunicación occidentales ni sola una palabra de condena por estos actos
terroristas cometidos en Europa. Tampoco la izquierda parlamentaria
europea parece haberse enterado. En el caso de la izquierda española
éstos se unen al "consenso político" en torno a la "lucha contra el
terrorismo", lo cual les inhabilita para realizar cualquier crítica al
imperialismo occidental. El miedo a salirse de la narrativa oficial -
salvo pequeñas críticas que no van a la raíz del problema - les
convierte en cómplices por omisión de los patrocinadores del terrorismo
internacional.
Volviendo a los
terroristas de Bruselas, ¿cómo es posible que unos individuos con este
pasado, y que están bien identificados por los servicios secretos
europeos, campen a sus anchas por Europa y por el mundo sin que las
autoridades pertinentes se pregunten qué es lo que traman estos
reconocidos terroristas? ¿estamos ante un caso de incompetencia o de
complicidad?
En cualquiera
de los dos casos la respuesta dada por los gobiernos imperialistas
europeos es precisamente la contraria que deberían dar:
- Con su discurso promueven más islamofobia al presentar la "lucha contra el terrorismo" como una guerra global entre Occidente y el Islam, eludiendo así su propia responsabilidad y extendiéndola a todo el "mundo islámico" (en Madrid la extrema derecha atacó con bengalas una mezquita al grito de "Hoy Bruselas, mañana Madrid"); en realidad los datos señalan que el 87% de los atentados yihadistas se han producido en países de mayoría musulmana; casi 9 de cada diez víctimas también era musulmanas.
- Más represión policial y judicial y más recortes de libertades dentro de Europa.
- Y más militarización y más guerras imperialistas en Oriente Medio y norte de África. Algunos "halcones" neoliberales, analistas a sueldo y think tanks de las grandes corporaciones ya están pidiendo a gritos de nuevo una intervención directa de la OTAN en Siria (y de paso en Libia) ahora que sus "rebeldes moderados" han perdido la guerra frente a Damasco y sus aliados, y que la Rusia de Putin les ha ganado sobre el terreno y ha dejado al descubierto la hipocresía de USA/OTAN en Oriente Medio.
Para evitar las
consecuencias, se multiplican las causas. Esta es la lógica que se
impone en la UE. Para evitar la huida de refugiados a Europa, se
provocan más guerras, más destrucción y más muertes en sus países de
origen. Para "luchar contra el terrorismo", se incrementa el apoyo
a estos mismos terroristas en Oriente Medio. Toda este cinismo y doble rasero demuestran
una vez más, que más allá de las palabras, las fotos y la propaganda
mediática, las verdaderas intenciones de las potencias occidentales no
tienen nada que ver con el discurso oficial que nos presentan [5]. Su
verdadera agenda oculta se escribe en los despachos de las grandes
corporaciones occidentales, y los gobiernos imperialistas de la OTAN
(incluyendo a Israel y las dictaduras del CCG) la ejecutan cueste lo que
cueste y caiga quien caiga en cualquier parte del mundo, incluido sus
propios países.
Estos atentados en Bruselas, como los anteriores, no han hecho más que acelerar la implementación de esa agenda imperialista oculta, que por desgracia contará con el visto bueno de unas sociedades occidentales atormentadas por el miedo y manipuladas por la enorme desinformación que difunden los grandes medios corporativos, que ejercen como reproductores de la ideología que propaga el poder económico occidental.
Si queremos
conocer quiénes son los responsables y promotores de la barbarie,
una vez que analizamos y comprobamos cuáles son sus consecuencias,
sólo cabe preguntarse entonces: ¿Cui Bono? ¿a quién benefician todos estos atentados y el incremento de la violencia en el mundo?
REFERENCIAS - NOTAS
[1] New data on police foreknowledge of terrorists raise questions on Paris attack,- Kumaran Ira (Worl Socialist Web Site, 27/10/2015)
[2] Brussels Bombing: The True Implications of ISIS Links,- Tony Cartalucci (New Eastern Outlook, 23/3/2016)
[3] Ayuda al enemigo: 35 países en los que EE.UU. apoyó a fascistas, narcos y terroristas,- un artículo de Nicolas J.S. Davies para AlterNet (4/3/2014). Publicado también en español en la web de Rusia Today.
[4] Dossier con varios artículos de Daniele Ganser sobre la red Gladio en Europa, publicados por Red Voltaire
[5] Las potencias occidentales arman, entrenan, financian y utilizan a los terroristas que dicen combatir,- El Mirador Global (21/11/2015)
*Historiador suizo, especialista en relaciones
internacionales contemporáneas. Sus trabajos acerca de las redes Gladio
en Europa y de los ejércitos secretos de la OTAN ligados a los neonazis y
otros movimientos fascistas le valieron un gran reconocimiento
académico. Se dedica a la enseñanza en la universidad de Basilea, Suiza.
(Red Voltaire)
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