Foto: Ville Miettinen
Donde antes había
nieve, ahora solo quedan rocas. El glaciar Chacaltaya era, hasta hace
unos años, la pista de esquí más alta del Planeta.
El Chacaltaya fue el primer glaciar
tropical en desaparecer por el cambio climático en la época moderna.
Situado a 30 kilómetros de la capital de Bolivia, La Paz, la pista de
esquí se encontraba a más de 5.400 metros de altitud. Más alta que el
campo base del Everest.
Ya en los años 90, los científicos
dijeron que este glaciar con más de 18.000 años de vida estaba
disminuyendo, prediciendo su desaparición en 2030. Sin embargo, para el
año 2009, la nieve y el hielo desaparecieron definitivamente.
Carlos Aguilar ha sido durante años el presidente del Club Andino Boliviano. En una entrevista al portal AJ+, comenta lo siguiente: “Recuerdo
que había mucha gente que venía de todas partes del mundo a esquiar y
también teníamos un centenar de esquiadores bolivianos que cada semana
estábamos dispuestos a divertirnos y a practicar el deporte.”
El retroceso de los glaciares amenaza el
suministro de agua potable de millones de habitantes y pone en peligro
el regadío y la cría de animales. Además, a largo plazo supone un
aumento peligroso del nivel del mar.
“No teníamos en mente lo que se
venía. Perdía más agua de la que podía ganar. Y poco a poco nos fuimos
dando cuenta de que realmente íbamos hacia un desastre,” comenta Carlos.
Isabel Moreno, científica que estudia los efectos del cambio climático en Chacaltaya, comenta: “Desde
hace varias décadas los glaciares en los Andes están perdiendo masa, es
decir están desapareciendo. Esto es por un efecto climático general.
Sin embargo, Chacaltaya desapareció mucho antes que el resto. Una de las
razones puede haber sido la contaminación automovilística de la ciudad
de la Paz que llega casi todos los días hasta Chacaltaya.”
Los glaciares tropicales sólo
representan el 1% del hielo en la tierra, pero son unos excelentes
medidores del cambio climático. Actualmente, hay una estación climática
en la montaña, que estudia el efecto invernadero y el impacto de los
aerosoles o cenizas de los chaqueos (técnica de quemar el suelo para
sembrar) sobre los glaciares bolivianos.
La Paz recibe casi un tercio del agua
que consume por el proceso de deshielo del glaciar. Actualmente la
ciudad se encuentra sumida en la sequía más grave del último cuarto de
siglo, donde muchos vecinos llevan semanas sin servicio de agua.
La comunidad científica lleva muchos
años alertando del grave peligro del deshielo. A pesar de las señales,
las potencias económicas se resisten a cambiar el modelo depredador de
la naturaleza por uno más sostenible.
Medios CC/CL
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