Movimiento Pro Amnistía y Contra la
Represión.
Hoy han traído
a Euskal Herria, a su Ondarroa natal, al preso político gravemente enfermo Ibon
Iparragirre. El motivo del traslado ha sido que pudiera ver por última vez a su
padre, también enfermo. Le ha podido ver vivo, pero también ha tenido que ver
como se moría delante de él. Al aita de Ibon no le han quedado fuerzas para
terminar la visita. Nuestras condolencias y solidaridad a Ibon y a toda su
familia.
Por lo que
respecta al Estado español, se quedaría corto cualquier calificativo que pudiéramos
utilizar para describir su crueldad y su mezquindad. Ibon está gravemente
enfermo, y por eso le aplicaron la prisión atenuada (poder cumplir la condena
en su casa) en el año 2011, hasta que en 2014 fue encarcelado de nuevo.
Desde que
fuera detenido en 2008 Ibon Iparragirre sufrió las graves torturas de comisaría
a manos de los cipayos del PNV, fue dispersado, metido en aislamiento, separado
del resto de presos políticos… Y apaleado, una y otra vez apaleado, insultado
humillado y encerrado en un particular corredor de la muerte.
Lo ocurrido
hoy con el aita de Ibon nos demuestra que le Estado español no utiliza
solamente las enfermedades de los presos políticos para romper su voluntad,
sino que utiliza la dignidad, la salud y las vidas de sus familiares para
chantajearles.
Cuando
intentan aplicar cacheos integrales a los familiares antes de entrar a una
visita en la cárcel están utilizando su dignidad para chantajear a los presos
políticos; cuando aplican la política de dispersión a sus familiares están
poniendo sus vidas en peligro para chantajear a los presos políticos; cuando a
una madre que está presa le ponen delante para firmar un papel que dice que se
arrepiente como condicionante previo para poder estar junta a su hija de 3 años
a la que el padre ha apuñalado, están utilizando la salud psicológica de una
niña para poder exhibir por todos los medios de comunicación el papel firmado
por la madre.
Los Estados
español y francés no lo reconocerán pero, si no “hiciera feo”, acabarían con
los hijos e hijas de todas las presas políticas, al estilo de los nazis, si eso
sirviera para evitar que en el futuro hubiera nuevos militantes.
Tan sólo hay
un camino para parar el exterminio que los Estados están cometiendo con los
presos políticos, y no es otro que el de la lucha. El Movimiento Pro Amnistía y
Contra la Represión hace un
llamamiento a organizarse y enseñar los dientes al enemigo. Sin amnistía no
habrá paz.
En
Euskal Herria, a 3 de marzo de 2017.
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