Esos
seres humanos que apenas despuntaban a la vida y la perdieron de una
manera horrenda, duelen, duelen los que flotan en el mar Mediterráneo,
los que caen bajo las bombas, los que se retuercen bajo los escombros de
las guerras infinitas que promueven el odio y la avaricia humana...
lejos, cerca, da igual la distancia, son vidas que se apagan , y que
nada saben de organizaciones terroristas, de Estados terroristas, de los
errores de sus padres, de la miseria del corazón humano .
Este planeta ya no es, ni para niños, ni para viejos, ni para bosques, ni para animales...lo han convertido en un Planeta vertedero del odio , el rencor y la violencia, que va creciendo a la vez que disminuyen los recursos, y el amor se va convirtiendo en una entelequia. Cuanto lo siento, cuanta desesperanza me oprime.
«En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo.»
Isadora Duncan
Este planeta ya no es, ni para niños, ni para viejos, ni para bosques, ni para animales...lo han convertido en un Planeta vertedero del odio , el rencor y la violencia, que va creciendo a la vez que disminuyen los recursos, y el amor se va convirtiendo en una entelequia. Cuanto lo siento, cuanta desesperanza me oprime.
«En la medida en que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe amor verdadero en este mundo.»
Isadora Duncan
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