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lunes, 1 de mayo de 2017

CAPITALISMO PATRIARCAL NO SOMOS VASIJAS



Los vientres de alquiler son el mayor ataque al derecho al aborto conocido.

La individualización de estos nos llevará a terminar poniéndoles cara, nombre y a otorgarles dueños antes de su nacimiento. 

 Este se ha desarrollado sobre la base de qué el embrión en sus primeras fases no tiene vida propia, sino que es parte del cuerpo de las mujeres.

  De hecho esa es la estrategia de los grupos provida. 

Otorgar derechos y estatus civil a los embriones. 
  
Pronto ocurrirá que si una mujer no quiere ser madre, por ejemplo, en lugar de abortar, se le diga que puede dar en adopción a sus embriones etc. 
 
Una fantasía patriarcal, pero está ocurriendo.



 

CAPITALISMO PATRIARCAL NO SOMOS VASIJAS


Le compra los óvulos a una ucraniana para que su bebé sea ario (aunque él es moreno y bajito).

Le alquila el cuerpo a una hindú para que la gestación le salga barata.

Le paga a una ecuatoriana para que críe al bebé porque como trabaja mucho no puede criarlo (y ella como trabaja para él tampoco puede criar a sus hijos)


Tres madres y ninguna con derechos. Tres mujeres de países pobres que ponen en riesgo su salud y su vida para "ayudar" y "hacer realidad los sueños" de los habitantes del primer mundo.
  
 Lo llaman "generosidad", pero es "necesidad". Las ricas no venden sus cuerpos.
 
El bebé pertenece al que pone la plata, pero tiene que ser un producto perfecto.

 Si sale con sindrome de down, enfermedades graves o malformaciones, lo rechaza, se lo deja a la hindú que lo tuvo 9 meses en su vientre (ahora si se le considera madre) y reclama a la granja de madres que le devuelvan el dinero.

 Así funcionan el patriarcado y el capitalismo juntos: las mujeres pobres y sus cuerpos al servicio de los deseos de los ricos.





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