Terrorismo de Estado y brutal venganza: Los 10 Jóvenes de Altsasu
Tras
una trifulca de bar con unos guardias civiles en Altsasu (Navarra), el
15 de octubre de 2016, se decretó prisión para 6 de los 8 jóvenes
detenidos tras la pelea. Lo llevó a cabo la Audiencia Nacional, esa
misma que llevó a los tribunales corrientes o locales varios casos de
terrorismo de Estado o de violencia nazi-fascista.
Los
seis jóvenes que fueron a prisión son Jokin Unamuno Goikoetxea, Iñaki
Abab Olea, Oihan Arnanz Ciordia, Julen Goikoetxea Larraza, Jon Ander Cob
Amilibia y Aratz Urrizola Ortigosa. Las otras detenidas, Edurne
Martínez Arrese y Ainara Urquijo, quedaron en libertad provisional con
comparecencias dos días a la semana y prohibición de salida del
territorio “al no haber participado en las agresiones físicas”, según el
delirante auto. Otros dos jóvenes presentados en la A.N. también han
sido encausados.
De
la noche a la mañana, los medios de control de la información, dando
impulso a la barbarie judicial, se olvidaron de absoluciones a nazis
pillados con armamento de guerra, de corruptos intocables, de agresiones
fascistas que han ocasionado muertos y heridos graves y que son
tituladas como “enfrentamientos entre jóvenes”, “peleas entre bandas
urbanas”, y con la misma cara de cemento e impunidad, quisieron hacer de
los jóvenes de Altsasu una especie de comando de ETA ultra violento.
Se
catalogan los hechos de “Terrorismo”.
Fue
tal el escándalo, tales las decenas de concentraciones de repulsa por
las detenciones y en solidaridad con los detenidos y encarcelados que
ocasionó tan disparatada y fascista actuación, que en vez de recular,
los jueces, policías y politicuchos en el poder (con el apoyo necesario
de los que van de “izquierdas”) decidieron ejemplarizar dicha brutal
represión.
Dejan
en prisión a tres de los encausados, engrasan su batallón mediático y
el caso se enquista hasta que se celebre el juicio, por lo que parece.
En la punta de los despropósitos, la petición fiscal, de 375 años de
condena. En casos parecidos de otras peleas de bar, encontronazos… se
había venido resolviendo con multas, trabajos sociales o absoluciones.
Pero el fascismo del Estado español necesita de estos escarmientos.
Los
represaliados conocen al poco de entrar presos políticos lo que
significa la categoría de “presos terroristas”: Castigos, aislamiento y
dispersión.
Cárceles
a más de 700 kilómetros de viaje de sus casas, al módulo de aislamiento
por agradecer en euskera las muestras de apoyo recibidas, primer
accidente de tráfico de familiares al ir a visitarles a las cárceles de
la dispersión (y 42.500 € gastados y 138.100 km. recorridos),
criminalización mediática…
Hoy
es el día que, estos jóvenes de Altsasu, llevan en la cárcel, y en
situación de presos FIES nueve meses, más tiempo del que estuvieron
varios Galosos asesinos entre rejas.
Este
es el Estado de derecho en España: Cárcel, castigo y condenas más altas
para unos jóvenes por una bronca de bar con unos beneméritos borrachos
que por los 27 asesinatos cometidos por los GAL. Y casos como Los 4 de
Orereta, Los 10 de Zaragoza… Aviso a navegantes…
Se
han llevado a cabo numerosas movilizaciones en denuncia de este caso
represivo. Manifestaciones, concentraciones, encarteladas, pintadas… En
varias de ellas, nuevos criminalizados, por portar camisetas de
solidaridad con los jóvenes secuestrados o difundir su situación. En
estos días de numerosas fiestas locales, se ha vuelto a disparar la
solidaridad con ellos.
Pues
que la solidaridad no pare. Que las denuncias de su situación lleguen a
cada rincón del Estado. Y a tener claro que lo que les está sucediendo a
dichos jóvenes represaliados, es lo que el Estado pretende para toda la
juventud que no se calla, que protesta, que pelea, o que planta cara a
la chulería de unos picoletos borrachos “fuera de servicio”.
Libertad jóvenes de Altsasu
Amnistía Total
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