LOS DÍDIMOS DE DON FEDERICO

El gran Jiménez Losantos, ese portentoso humorista español especializado en política, ha calentado hoy a España con el asunto del amigo Puchi. Y amenaza, sugiere o propone, no sabemos, pero en todo caso dice que “en Baviera pueden estallar cervecerías”.

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 . Tal cual. Y plantea acciones: “Hay que reaccionar”, chilla, arrebatado, como obispo en púlpito de catedral gótica, señalando con dedo inquisidor hacia tierras heréticas. ¿Está el afamado humorista promoviendo atentados en Múnich o se trata solo de su charlotada diaria? No lo sabemos. Ya quisiéramos, para tranquilidad nuestra.

“En Baleares hay unos 200.000 rehenes alemanes”, ha amenazado, en referencia al turismo alemán. 

Rehenes,ojo. Este chascarrillo sí es comprometido, viniendo de alguien como él, ideológicamente anclado en la Guerra del Palatinado, Flandes, los Tercios… Mingolsheim, Gemmingen…


 Las gloriosas batallas… Las organizadas carnicerías de calvinistas, luteranos y demás gentuza protestante… Cristóbal de Mondragón… El capitán Alatriste… ¡El capitán Trueno! ¡Madre mía, qué tiempos! ¡Quién pudiera!

Y ha seguido: que si Alemania sepa que España no la perdona, que si nos han dado una patada en los dídimos –con lo nuestro que es decir “en los güevos”- y otros versos por el estilo.


El caso es que la Polizei München, la de allí de los calvinistas, la de Münich, tranquiliza al respetable y alarmado público europeo en su cuenta de Twitter: “Danke für den Hinweis, das Video ist uns bekannt”. Dicho en lengua de cristianos decentes: “Tenemos conocimiento de ese vídeo”.


 Punto. Como diciendo que “nein, nein”, que el estilo incendiario de don Federico no encaja en su humor germánico, sucinto y prosaico y que veremos a ver.


Milagro sea que los herejes no dicten una euroorden de detención contra nuestro ínclito humorista por apología del terrorismo y se le pongan los santísimos dídimos patrios como huevecillos de colibrí.

José Antonio Illanes