Las actuaciones son supervisadas a diario por un biólogo, quien asesora
en materia de conservación de hábitats y especies y sobre el empleo de
las técnicas ambientalmente más apropiadas para llevar a cabo las
labores de limpieza
Las brigadas de limpieza del Mar Menor de la Consejería de Empleo y Medio Ambiente de la Región de Murcia han retirado en 2.018 casi 1.400 metros cúbicos de residuos de algas y 13 metros cúbicos de residuos sólidos urbanos.
Desde abril de 2.017 a abril de este año ya han sido 2.700 los metros cúbicos de algas y 258 los metros cúbicos de distintos desechos urbanos que se han retirado en el entorno del Mar Menor.
Antonio Luengo, director general del Medio Ambiente y Mar Menor, indicó que «es el tercer año que actúa este servicio de limpieza y apoyo al mantenimiento de la calidad ecológica de los espacios naturales del Mar Menor y su entorno, que originalmente entró a funcionar en el verano de 2016.
Las brigadas están demostrando su efectividad y hemos introducido mejoras como que esté activo durante todo este año y el uso de maquinaria ligera, que no afecta al medio natural y que agiliza considerablemente el trabajo y su efectividad».
El objetivo de esta iniciativa cofinanciada con fondos europeos Feder es actuar constantemente en todo el borde litoral y en la lámina de agua próxima a la orilla.
Se trata de mitigar el impacto de la presencia de basuras, vertidos de hidrocarburos, restos vegetales en descomposición y otros elementos que influyen negativamente en la calidad ambiental del entorno del Mar Menor y en sus hábitats de interés comunitario.
Las actuaciones se centran en retirar basuras, inertes y material biológico en la línea de costa y espacios naturales, limpieza de la lámina de agua en zonas sensibles, y la gestión de todos los residuos que son recogidos.
Los trabajos se realizan de forma manual en tierra y se incluye un dumper ligero que agiliza la recogida de algas en la orilla.
«Con la limpieza de algas se pretende también reducir de manera progresiva el aporte de materia orgánica al Mar Menor y contribuir de esta manera a mitigar el fenómeno de eutrofización o aporte de nutrientes existente en la laguna», indicó Antonio Luengo.
Las actuaciones son supervisadas a diario por un biólogo, quien asesora en materia de conservación de hábitats y especies y sobre el empleo de las técnicas ambientalmente más apropiadas para llevar a cabo las labores de limpieza.
De hecho, los operarios reciben formación acerca de cómo trabajar de manera respetuosa con los valores naturales existentes.
Asimismo, el biólogo supervisa la posible presencia de nidificación de aves protegidas en zonas objeto de limpieza, como, por ejemplo, los chorlitejos grandes o las cigüeñuelas; y las zonas más sensibles por presencia de especies piscícolas de interés, como es el caso del fartet, en peligro de extinción.
En estas situaciones, las actuaciones de retirada de restos vegetales se planifican por fases para no afectar a dichas especies.
Como complemento a las labores de limpieza que realizan la brigada, un barco limpia-mar recorre el Mar Menor recogiendo los restos de basuras que flotan en el agua.
Los más frecuentes son plásticos, colchones, papeles y cartones, maderas y restos de trozos de barco tipo patín de catamarán que se desprenden de los barcos abandonados y que flotan a la deriva.
José Antonio Gómez
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