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sábado, 5 de mayo de 2018

Rumores fundados: otra condena a 'La Manada' de solo tres años


Habrían pegado, arrojado del coche y abusado de otra joven en Córdoba a la que pidieron una felación 

 
Para abrir la investigación, el juez se basó en un vídeo que los acusados compartieron en un grupo de 'Whatsapp', compuesto por 21 personas, donde aparece una joven cordobesa inconsciente en un coche, sentada en la parte de atrás entre dos de los acusados, mientras que un tercero conducía y el cuarto investigado iba de copiloto.


 El vídeo tendría 46 segundos de duración si bien existe otra grabación similar que ocuparía 27 segundos.  



Supuestamente fue José Ángel Prenda, condenado a nueve años por el ataque de los sanfermines, quien grabó los abusos y escribió, en alusión al estado en que se encontraba la chica, que su amigo "vino de follarse a la bella durmiente". Algunos miembros del chat los jalean.


 Uno de ellos, asombrado porque la chica no mueva un músculo ni abra los ojos mientras los cuatro la manosean, les pregunta: "¿Qué le echasteis a la chavala, burundanga?".


 Otro añade: "¿Está muerta o qué?". Un tercero anuncia: "Os van a meter presos, chavales".


 Alguien pregunta qué han hecho con la chica. "La han tirado al río", responde otro.


 Y uno más concluye: "Ea, otro caso Marta del Castillo, niño, jajajá".


Lo cierto es que el informe policial explicita que la joven está "en aparente estado de inconsciencia" y es objeto en la grabación de "reiterados tocamientos en su zona mamaria, y besos en sus boca, sin que reaccione a las actividades de índole sexual de los investigados, los cuales se ríen y gesticulan".


 Al final del vídeo se escuchan risas y dos frases: "Esto es Pozoblanco y esto es 'La manada'.


 



El relato de la víctima

Tal y como relata el 'Diario Córdoba', tras ver el vídeo, los agentes se pusieron en contacto con la joven. Ella denunció entonces a los cuatro hombres y explicó lo que había ocurrido aquel 1 de mayo de 2016. "Fui con dos amigos a Torrecampo, a la zona de las casetas de feria hacia las tres de la mañana", declaró.


 Después de pasar un rato bebiendo y bailando, conoció a un joven sevillano que estaba con otros hombres, entre ellos un guardia civil que trabajaba en su pueblo y al que ella conocía de vista.


Afirma que "tonteó" con el joven sevillano y que hacia las siete de la mañana este le ofreció llevarla en coche hasta su pueblo. A partir de ahí, no recuerda qué sucedió.


Asegura que se subió de copiloto en el coche en el que solo estaba el conductor, Alfonso Cabezuelo, el militar de 'La manada', pero que cuando se despertó ella estaba desnuda en la parte de atrás. 


"Entonces, él me pidió que le hiciera una felación y yo me negué. Me golpeó en la cara un par de veces y luego en el brazo. Me empujó y me echó del coche mientras me gritaba: puta", denunció la joven.


La víctima no recuerda ninguna grabación de vídeo, ni siquiera ver a los otros tres miembros de 'La manada' dentro del coche. Las imágenes los muestran riendo, abriéndole la ropa y abusando de ella, que parece inconsciente y no mueve ni un músculo.


 El informe de la policía concluye que los vídeos fueron grabados en el trayecto entre Torrecampo y Pozoblanco, unos 20 kilómetros por la carretera A-435.


Las investigaciones no han permitido descubrir si a la joven la drogaron con alguna sustancia, según fuentes del caso, porque los análisis y muestras de pelo se le tomaron muy tarde.


 El sumario incluye que ella dio una muestra de su cabello el 27 de septiembre de 2016, casi cinco meses después de sufrir los abusos. Tras ser agredida y abandonada en la calle, la joven habló con cuatro personas, uno de ellos policía municipal de su pueblo, a los que pidió ayuda y consejo.

 
Luego, decidió no denunciar el caso. Pero sí que se hizo una fotografía con los moratones que tenía en su cuerpo y que ahora figura en el sumario del primer ataque de 'La manada'.


La víctima, que ahora tiene 23 años, se fue de su pueblo poco después de que se conociera lo que le ocurrió. Personas de su entorno aseguran que ahora vive y trabaja en un sitio de la costa andaluza, donde se siente más tranquila: "Allí nadie sabe lo que pasó, nadie le pregunta, la juzga ni la señala".


Aunque desde que se emitió la sentencia de Pamplona ha vuelto a revivir todo. Estas mismas fuentes aseguran que la chica "tenía esperanza de que la condena fuera mayor, aunque estaba preparada para todo" y confía en que, "con su caso, se haga justicia".



https://t.co/8S3Rx1qFud






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