El ascenso de VOX ha provocado que
algunos lectores nos escriban, interesados en hacerse de extrema
derecha. En este sencilla guía de carácter práctico, presentamos algunos
consejos para aquellas personas que quieran iniciar el tránsito hacia
el ultranacionalismo sin sobresaltos.
1. Mira mal a los inmigrantes.
Esto puede resultar
difícil dado que el fenotipo español es prácticamente indistinguible del
árabe y del latinoamericano. Si vives en el sur de España esta tarea se
vuelve aún más compleja, ya que, al estar la gente más morena, todos
parecen haber venido a quitarnos nuestro trabajo.
Lo más sencillo, por tanto,
sería pedirle el DNI a la gente antes de discriminarla, pero, dado el
engorro que esto supondría, aconsejamos discriminar a ojo. Para ello,
debes definir qué tono de marrón te resulta ya ofensivo.
En caso de que tú mismo seas
muy moreno, te recomendamos que te insultes por las mañanas, frente al
espejo, con frases del tipo: “¿qué estará mirando ese sudaca?” o “se me
está llenando la casa de inmigrantes”
.
2. Sé muy español.
Lleva tanto merchandising
rojigualdo como puedas, desde la carcasa del móvil hasta los cordones de
los zapatos. Esto, además de identificarte como un buen español, te
servirá como indumentaria reflectante en caso de que tengas que parar en
el arcén de una autopista.
Bajo ningún concepto
menciones el nombre de las comunidades autónomas. Limítate a las
coordenadas. Si, por ejemplo, vas a puente a Cataluña, di que pasarás
unos días en 41.38888 grados norte, 2.159 grados este.
Si lo prefieres, también
puedes usar los nombres previos al pacto del 78. Aunque la nomenclatura
franquista siempre es agradecida, te recomendamos que utilices nombres
aún más antiguos, como los romanos o los visigodos.
3. Exige que te hablen en cristiano.
Como es sabido, en Bilbao
miles de personas mueren de apendicitis cada año por no saber cómo se
dice en vasco “me duele en un lado”. Es solo uno de los muchos males que
asuelan España por culpa de los ridículos dialectos. Evitándolos salvas
vidas.
4. No viajes fuera de España.
¿Para qué habrías de
hacerlo? Todo lo que un español necesita lo tiene dentro de sus
fronteras. Después de todo, ¿qué es Central Park sino un Retiro más de
desmano? ¿Qué es el Taj Mahal sino La Almudena llena de moros? Los
extranjeros llevan siglos copiándonos; no les riamos las gracias
visitando sus plagios.
5. Por último, pero fundamental: comprométete con la vida.
La masturbación no deja de
ser un potencial español tristemente derramado en un clinex. Cada vez
que alguien se entrega al onanismo, provoca, desde un punto estadístico,
que se nos llene esto de inmigrantes. Un buen español debe estar
firmemente comprometido con el coito reproductivo, practicándolo no
menos de diez veces al día. España lo merece.
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