La OIT señala que el calor excesivo provocará una pérdida de productividad del 2,2% de las horas de trabajo en 2030, lo que se traduce en unos 80 millones de empleos a tiempo completo. En Europa, el país con más destrucción de puestos de trabajo es España: 7.700 en ese año, seguida de lejos por Italia con 3.600 empleos menos. El organismo internacional advierte de que el estrés térmico será un “fenómeno habitual” en los próximos años debido al calentamiento global
En
plena ola de calor que afecta a varios países europeos, la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) advierte en un informe de que el calor
extremo será más frecuente e intenso en los próximos años debido al
calentamiento global y que esta situación pasará factura a la
productividad en el trabajo. El organismo plasma esa reducción de la
productividad en una equivalencia de pérdida de empleos a tiempo
completo. En el año 2030, el llamado “estrés térmico” supondrá una
destrucción de 80 millones de puestos de trabajo a nivel mundial. El
estudio sitúa a España como el país europeo con una mayor pérdida de
empleos: 7.700 en ese año.
La organización internacional ha presentado este lunes el informe, titulado Trabajar en un planeta más caliente: El impacto del estrés térmico en la productividad laboral y el trabajo decente,
en el que sostiene que “el aumento en las temperaturas mundiales
causadas por el cambio climático convertirá el ‘estrés térmico’ en un
fenómeno habitual” en los próximos años.
El
estrés térmico, explica la OIT, se refiere a un exceso de calor en el
cuerpo “superior a los niveles que este puede tolerar sin menoscabo de
sus capacidades fisiológicas”. En líneas generales, tiene lugar cuando
las temperaturas son superiores a 35 °C y se dan condiciones de humedad
elevada.
Entre sus efectos destaca el aumento de los riesgos en la salud
de los trabajadores y una reducción de la productividad y los puestos
de trabajo.
El
organismo realiza una estimación de esta segunda consecuencia con la
mirada puesta en 2030, año clave para la consecución de objetivos de
desarrollo sostenible en la ONU. A nivel mundial, la OIT prevé que el
aumento del estrés térmico provocado por el calentamiento global reduzca
un 2,2% las horas de trabajo, porcentaje equivalente a la destrucción
de 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en ese año. La
organización internacional también traduce estas cifras en unas
“pérdidas económicas a escala mundial de 2.400 millones de dólares”.
La
OIT sostiene que sus cálculos son “conservadores” ya que considera que
el aumento promedio de la temperatura a escala mundial no rebasará 1,5°C
y parte del supuesto de que el trabajo en la agricultura y en la
construcción se lleva a cabo bajo la sombra. Si se considerase que “las
tareas agrícolas y de construcción se realizan a pleno sol”, precisa el
organismo, “en 2030 la pérdida prevista de horas de trabajo en todo el
mundo aumentará a un 3,8%, el equivalente a 136 millones de puestos de
trabajo”.
Los
sectores más afectados por este exceso de calor son la agricultura y la
construcción, especialmente. El estudio prevé que el 60% de las horas
de trabajo que se perderán en 2030 corresponderán al sector agrícola,
mientras que la construcción albergará un 19%. Otros sectores en riesgo
son “los de bienes y servicios medioambientales, recogida de basura,
emergencias, trabajos de reparación, transporte, turismo y deportes, así
como determinadas formas de trabajo industrial”, indica la OIT.
España, a la cabeza en Europa
Esos
80 millones de empleos perdidos se distribuyen de manera desigual entre
los diferentes continentes y regiones. Asia Meridional y África
Occidental serán las zonas más perjudicadas, donde el estrés por calor
conducirá a una pérdida del 5,3% y del 4,8% de las horas de trabajo en
2030, que corresponde a alrededor de 43 millones y 9 millones de empleos
a tiempo completo, respectivamente.
En
Europa, las pérdidas de productividad en términos de reducción de horas
trabajadas es mucho menor: 0,01% en Europa del Este y 0,02% en el Sur
de Europa en 2030, es decir, 8.700 y 14.400 puestos de trabajo menos a
tiempo completo.
Según
el cálculo de la OIT, España es el país europeo más afectado en número
de empleos perdidos, un total de 7.700. Supone más de la mitad de los
puestos que se destruirán en 2030 en el grupo de países del Sur de
Europa, en el que se encuadra España. Le sigue de lejos Italia, con
3.600 empleos a tiempo completo menos, y Rumanía, con 2.100.
En
porcentaje de horas de trabajo perdidas, España reducirá un 0,03%, por
detrás de Albania (0,07%), país mucho más pequeño y con menos población
–2,9 millones en 2017–, lo que supone una destrucción de puestos de
trabajo más limitada (700 empleos en 2030).
“El
dato más elevado en España que en otros países se explica por el peso
de la construcción y la agricultura, una fuerza de trabajo más grande
que en otros de los países que vienen en la lista y la vulnerabilidad
del país al cambio climático”, explican a eldiario.es desde la oficina
de la OIT en España.
El
informe aporta este dato de pérdida de empleos en 2030 y también otro
sobre la destrucción en el año 1995, con los que se evidencia el gran
aumento los efectos del calentamiento global en la productividad en el
trabajo en este periodo (aunque no recoge cómo es la evolución en los
años entre estos dos puntos).
En
1995 el organismo estima una caída del 1,4% en las horas trabajadas
debido al estrés término, unos 35 millones de empleos a tiempo completo.
Así, en 2030 la pérdida de puestos de trabajo es más del doble que la
de 1995 (+129%). En España, empeorará la situación bastante más en este
periodo.
La reducción en 1995 fue del 0,02% de las horas de trabajo,
unos 2.700 empleos, por lo que la estimación de destrucción de puestos
de trabajo de 2030 es un 185% superior.
Aumento de la desigualdad y migración
El
organismo internacional también subraya otras consecuencias de este
descenso en la productividad en el trabajo, como un incremento de la
desigualdad entre zonas pobres y ricas. Los países más pobres afrontarán
los excesos de temperatura “de manera más adversa, especialmente por
disponer de menos recursos para adaptarse eficazmente al aumento de
calor”.
En
general, el estudio señala que los países que están más afectados son
aquellos donde “los índices de pobreza laboral, empleo informal y
agricultura de subsistencia son más elevados”. En este último punto, las
mujeres son un colectivo vulnerable en muchas regiones, donde ellas
ejercen fundamentalmente estas tareas, al igual que los hombres están
más expuestos a las pérdidas en el sector de la construcción.
Si
este escenario climático se traduce en las pérdidas de empleo
estimadas, en colectivos que no pueden ganarse la vida con los trabajos
que desempeñaban, la OIT prevé un aumento de la migración.
“Aunque, en
última instancia, varios factores contribuyen a la decisión de migrar
(por ejemplo, la desigualdad, la falta de oportunidades, los vínculos
sociales, los conflictos y otras cuestiones relativas a la seguridad),
el estrés por el calor está propiciando cada vez más la migración a
otros países”, apunta el organismo, que señala especialmente a los
trabajadores agrícolas que residen en zonas rurales.
¿Hay
medidas que eviten estos escenarios? La OIT destaca que los esfuerzos
para limitar el calentamiento global pueden ayudar “significativamente” a
prevenir los nuevos aumentos en los niveles de estrés por calor. Y, más
allá de las medidas mediambientales para evitar ese aumento de las
temperaturas extremas, la OIT apuesta por que el mundo del trabajo tome
las medidas necesarias para proteger la salud de los trabajadores,
especialmente los más vulnerables por sus sectores de actividad o países
de residencia.
“Agotamiento por calor” o, incluso, la muerte
Esta ola de calor ha provocado la muerte de un joven de 17 años en
Córdoba que se encontraba trabajando en el campo, segando. Es la peor
consecuencia del estrés térmico, recuerda la OIT, y que incide en la
salud de los trabajadores, por lo que advierte de la necesidades de
tomar medidas de prevención de riesgos para evitar daños y desenlaces
fatales.
El informe
señala, por ejemplo, el ‘agotamiento por calor’ que tiene lugar cuando
la temperatura del cuerpo supera los 39 °C y “va asociado a una
reducción de la productividad, una mayor propensión a cometer errores en
la actividad laboral y un aumento del riesgo de lesiones por accidentes
en el lugar de trabajo”.
La
exposición a niveles de calor excesivo también puede propiciar una
hipertermia, es decir, que la temperatura corporal supera los niveles de
riesgo, que puede conducir incluso a la muerte.
“Con niveles
de temperatura elevada que inducen fatiga psíquica, puede resultar
difícil incluso realizar tareas simples de oficina o de escritorio”,
advierte el organismo internacional, que señala entre los colectivos más
expuestos a este riesgo los profesionales que realizan “más esfuerzos
físicos y/o se desarrollan en el exterior”.
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