Tres familiares de personas
mayores de una residencia de Murcia han denunciado los graves malos tratos a
los que están sometidos sus allegados. Denuncian que no les cambian los
pañales, que aparecen con hematomas y que están sometidos a "maltrato
psicológico": "Les dicen que van a terminar abandonados".
La Policía Nacional ha
abierto una investigación después de que tres personas hayan denunciado situación
de malos tratos y abandono a mayores en la residencia de personas mayores
Obispo Javier Azagra de El Palmar, en Murcia.
Se trata de un centro dependiente
del IMAS, que el pasado 20 de febrero ya fue examinado por una médico forense
para conocer la situación.
Una de las tres personas
que denunció la grave situación ha explicado a 'La Opinión de Murcia' las
condiciones en las que se encuentra su madre en esta residencia. Relata que a
los pocos meses de ingresarla percibió que "no estaba bien atendida" y ahora denuncia
que "los tienen con pañales sin cambiar durante horas".
Ella señala que trabaja
en un hospital y explica que esta situación "genera un fuerte olor y corren el riesgo
de sufrir heridas en la piel y tener infecciones": "Debe haber una atención
constante".
"Mi madre y otros
residentes tienen numerosos hematomas porque no saben cogerlos bien y se
encuentran desatendidos", explica la denunciante, que relata el grave "maltrato
psicológico" al que está sometida su madre: "Les dicen que van a terminar
abandonados y cuando he ido de visita escucho hasta insultos a los mayores. No
les tratan con el respeto que merecen".
Esta mujer apunta que
además de los tres denunciantes, hay algunos familiares que no lo han hecho por
miedo a que sus familiares en el centro puedan sufrir represalias por parte del
personal.
Además, la hija de otra
residente explica al citado medio que existe una falta de supervisión de los
mayores. Dice que en varias ocasiones ha llegado al centro y nadie sabía dónde
estaba su madre.
"Recuerdo que en una de las visitas no la encontraban, no
estaba en la sala, ni en el jardín, la buscamos en la zona de peluquería y en
el podólogo y no dábamos con ella.
Hasta que la encontramos encerrada en el
baño", explica la hija de esta muer, que tiene párkinson y demencia. "Se echaban
las culpas de unos a otros", denuncia.
Esta mujer también ha
criticado el trabajo de la forense que examinó el centro ya que, según apunta,
preguntó a los mayores "en una habitación en la que también estaban las
supervisoras".
La residencia lleva en funcionamiento desde hace 10 años y tiene
capacidad para 130 personas.
Tres familiares de personas mayores de una residencia de Murcia han denunciado los graves malos
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