Los perros pastor vasco están en peligro de extinción, aunque cuentan con muchos amigos para que eso no ocurra
Inteligentes, obedientes, cariñosos, fieles, vivos, inagotables...
son solo algunos de los calificativos que se escuchan al preguntar por
el carácter de los perros pastor vasco.
Quienes disfrutan de su compañía reconocen que son perros que tienen instinto territorial y mantienen un vínculo fuerte con su amo. De hecho, les gusta pasear con él y es rara la vez que se separan de su lado.
La estampa más habitual que rodea a estos canes los sitúa junto a un buen rebaño de ovejas de las razas latxa o karrantzana con sus abundantes lanas blancas pastando en una extensa campa de Aralar o a los pies de Aizkorri, por los verdes prados de Urbia.
Esa
imagen bucólica que nos viene de manera automática al recordar a esos
perros rojizos con ojos curiosos podría desaparecer, ya que esta raza autóctona está en peligro de extinción.
Reconocida oficialmente por la Real Sociedad Canina de España el
1 de junio de 1995, esta raza de perro está catalogada oficialmente en
peligro y parece que su futuro no es nada prometedor al no llegar a
contabilizarse mil ejemplares registrados.
Uno de los principales
motivos de esta preocupante situación del perro pastor vasco es la
menor utilización por parte del pastoreo y la ganadería. Ese descenso ha
provocado que el número de perros de esta raza autóctona de Euskal
Herria haya decrecido tanto que ha llegado incluso a estar en peligro de
extinción.
Hoy en día, el Euskal Artzain Txakurra cuenta con unos 700 ejemplares con pedigrí en alguna de sus dos variedades, Gorbeiakoa e Iletsua.
El amezketarra Juan Maiza cuenta
con unos hermosos ejemplares de ambas líneas en Amezketa. Corren,
juegan y toman el sol mientras disfrutan de unas espectaculares vistas
del Txindoki
. Sus perros lucen un brillo inusual en su
pelo rojizo, rubio blanquecino, más oscuro en los cachorros. Muestra
orgulloso sus canes que no dejan de jugar entre ellos, en la hierba,
ajenos a cualquier preocupación.
Son el capricho del amezketarra.
Maiza comenzó a interesarse por los perros pastor vasco hace ya unos 20
años. Gastó el dinero que recibió de una herencia en la compra de dos
cachorros.
Todavía recuerda sus nombres: 'Nei' y 'Gorri'. «Gorri murió con 16 años. Fue un gran perro», reconoce Juan.
La
compra de aquellos dos cachorros trajo todo lo demás. «Empecé a
interesarme por la raza y a aprender todo lo que pude de ella», porque
según el amezketarra, «es nuestra raza.
El perro pastor vasco es un
animal autóctono como las ovejas latxa o karrantzanas, los betizus... y tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para que se mantenga vivo».
Juan
reconoce que la desaparición o el descenso de pastores ha podido ser
una de las causas principales del descenso de ejemplares de la especie
vasca, aunque asegura que «son animales muy buenos para hacer compañía,
sobre todo para las personas a las que les gusta realizar actividades al aire libre como senderismo,
largos paseos o correr por el monte».
Actividad que favorece al animal
que necesita quemar su vitalidad, pero también a quien lo cuida.
«Son
perros que gozan de muy buena fama aunque son un poco cabezones y hay
que tener un poco de paciencia hasta que aprenden», explica Maiza. Los
perros del amezketarra que se registran dentro de la línea Pardarri y
han llegado a lograr un segundo puesto de un concurso internacional, han
realizado numerosos kilómetros junto a Juan o sus actuales dueños.
Alguno incluso ha viajado al otro lado del Atlántico, algunos pasean por
Francia... Pero uno de sus mayores orgullos viajó a La Rioja.
«Uno de mis perros fue adiestrado por equipo de rescate de La Rioja
para trabajar junto a ellos. Estaban muy contentos con él y ahora, están
preparando otro para seguir en el grupo de rescate».
Maiza desde
el principio se fue involucrado en el proyecto y como otros miembros,
como María Teresa Fedriani, secretaria de la asociación Euskal artzain Txakurraren elkartea,
ha ido contactando con pastores o baserritarras que trabajaban o tenían
en sus casas.
El objetivo es claro: seguir trabajando por la
resistencia de las razas y el mantenimiento de su carácter: «Es un perro
muy versátil al margen de la buena compañía que hace y hay que
preocuparse por mantener sus características, antes de que desaparezca».
Esa sería la peor pesadilla de muchos amigos de los perros pastor vasco, porque según datos históricos, el pastoreo se conoce en tierras vasca desde hace más de 5.000 años.
Según los estudiosos, el perro es considerado el primer animal
doméstico que se conoce en Europa, así como lo es en Euskal Herria ya
que está presente en casi todos los yacimientos importantes del País
Vasco.
Una excavación realizada en el yacimiento de Marizulo encontró
restos óseos de un humano de unos 25 años y los de un perro de edad
avanzada junto a los de un cordero de no más de tres meses de edad.
Los
restos están datados en 5.285 años A.P, según un estudio realizado por Barandiaran y Altuna.
Por otra parte, los de mayor antigüedad de toda la región cantábrica son los encontrados en Erralla con una antigüedad entre 14.570 y 15.800 años.
Aunque queda por confirmar, si lo fuera, sería el del perro más antiguo de los conocidos.
A
lo largo de la historia, su presencia ha quedado plasmada en pinturas
del siglo XVI los han inmortalizado en telas que atestiguan su
popularidad entre personas de ambientes rurales así
como aquellos que pertenecían a las más altas esferas de la corte de la
época.
A partir del siglo XVIII aparecen pintados o dibujados en los
lienzos de Guiard, Doré, Arrue, Paret y Alcázar, y otros.
El perro pastor vasco es una joya que merece ser cuidada.
Los perros pastor vasco están en peligro de extinción, aunque cuentan con muchos amigos para que eso no ocurra
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